Por Lía Rueda (Fotos y texto)

Martirio y Consuelo, unas divertidas ancianas —interpretadas por dos grandes maestros de la actuación: Alberto Lomnitz y Arturo Reyes—, chismean y comen chocolate una tarde peligrosa, sin darse cuenta que su edificio se está incendiando. Las dos viejas quitadas de la pena recuerdan y se confiesan sus secretos más íntimos, mientras intentan no solo matar el tiempo, sino a ellas mismas. Esta es la premisa de la comedia negra “Lombrices”, una dramaturgia de Pablo Albarello bajo la dirección de Daniel Sosa Derat.

“Lombrices” es una obra entretenida y a la vez inquietante, con muy buen ritmo y soportada en las estupendas actuaciones de los dos actores protagonistas, que se enfrentan al desafío de interpretar a dos mujeres.  Asimismo, la dirección de Sosa saca provecho del desempeño y experiencia de sus actores, mediante un muy bien lofgrado trazo escénico, todo en el interior de un departamento.

La obra se acerca al mundo de las personas de la tercera edad y, en ese sentido, toca temas como la soledad, el abandono, los miedos, las costumbres, las manías y las fobias de este grupo de personas, pero siempre con humor muy fino. Si se quiere ir más allá, también la obra toca el tema de la eutanasia, así como cercanía de la muerte, que es representada aquí por las lobrices que una de ellas dice tener.

“Lombrices” se presenta en La Capilla (Madrid 13, Del Carmen Coyoacán, del 19 de febrero al 22 de abril, adolescentes y adultos).