Por Kaleem Aftab
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Si uno juega sus cartas en la competencia en el Festival de Cine de Venecia, es posible tropezar con una película de Paul Schrader que se abre camino en territorio de Michael Haneke. Esa es la rueda de la ruleta de “The Card Counter”, en la que Oscar Isaac parece el gemelo malvado de George Clooney, incluso tiene el pelo gris como él. Siempre que juega a las cartas, luce una combinación de camisa gris, corbata negra y chaqueta de cuero que hace que uno se pregunte si el cabello, el maquillaje y el departamento de vestuario estaban jugando al snap.

El personaje misterioso de Isaac le dice a todo que le pregunte que se llama William Tell, el nombre del legendario tirador experto suizo del siglo XIV que asesinó a un líder autoritario y precipitó una rebelión. En este cuento estadounidense moderno, Tell pasó su tiempo  en la prisión aprendiendo a contar cartas y leer libros por primera vez en su vida, algunos de ellos clásicos griegos sobre mitos. En el exterior, usa sus habilidades recién desarrolladas para ganarse la vida razonablemente en casinos mediocres. Cada carta la juega después de calcular las probabilidades. La necesidad de una evaluación de riesgos se extiende al resto de su vida: cuando la recepcionista de un motel le ofrece café, calcula las probabilidades de que sea bueno o no preguntando cuándo se elaboró ??y comprobando cuánto queda en la olla.

Schrader describe un mundo del juego que está lejos del glamour de “Ocean’s Eleven”. Desde sus días escribiendo clásicos como “Taxi Driver” para Martin Scorsese (que ejerce de productor ejecutivo en este nuevo film) hasta su éxito de Venecia de 2017 “First Reformed”, Schrader ha sido un maestro en llevar las crisis existenciales de hombres con problemas y traumatizados a la pantalla grande. Siempre es bueno apostar por una película de Schrader cuando mantiene a los personajes femeninos en la periferia. Aunque, aquí, se las arregla para ganar el premio gordo con una actuación reveladora, directa y dramática de la hilarante comediante Tiffany Haddish como “La Linda”. Quiere que Bill (o “B”, como ella llama a William) juegue al póquer con su dinero, dividiendo las ganancias. Además, “La Linda” plantea una gran pregunta existencial para Tell: ¿está dispuesto a aceptar las terribles probabilidades de éxito y enamorarse de ella?

Otra historia paralela involucra a Cirk (Tye Sheridan), a quien Will conoce en una charla de seguridad pronunciada por el comandante John Gordo (Willem Dafoe). El padre de Cirk estuvo en el ejército con Tell, quien padece de trastorno de estrés postraumático desde su época en Abu Ghraib. El flashback de ese momento se revela en una increíble travelling con imágenes anamórficas distorsionadas fotografiadas por Alexander Dynan. Tell toma a Cirk bajo su protección, mostrándole su vida poco glamourosa, jugando y moviéndose de motel en motel. Es un dispositivo que permite que la película siga los clichés del género de los juegos de azar e informe a los novatos en la audiencia de lo que está en juego.

Schrader reúne maravillosamente todos los temas en una crítica profunda de la psique estadounidense y las consecuencias de la acción militar. El as en la manga del sexagenario director es la mejor actuación de Isaac, que cualquier apostador sensato comenzará a respaldar para nominaciones a los premios del año próximo.

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