*Actualmente las audiencias son más sofisticadas, dijo.


Por Leticia Carrillo


El cinefotógrafo Roberto Schaefer, nominado a los premios BAFTA por Finding Neverland, visitó las instalaciones del Centro de Capacitación Cinematográfica donde los alumnos le hicieron preguntas sobre Quantum of solace y Kite runner, películas en las que hizo mancuerna con el director Marc Foster y el editor Matt Cheese y que se proyectaron previamente en la escuela de cine.


“Con Quantum of solace se inició de manera gradual el cambio de James Bond, se buscó hacer un personaje más físico, más visceral y lo pusimos en un entorno retro, como de los años 60, y esto se ve desde los movimientos de los personajes hasta la composición de cada cuadro” dijo Schaefer sobre la contribución del filme al desarrollo del Agente 007.


Al preguntarle que qué le gustaba más, trabajar en grandes producciones o en filmes de bajo presupuesto, el cinefotógrafo contestó que prefiere los últimos como Stranger than fiction o Monster’s ball –también dirigidos por Foster-. Sin embargo, manifestó que la película de Quantum of solace fue una excepción ya que tanto el editor como el director son fans de James Bond, además de que el filme les daría la “oportunidad de tener más audiencia”.


Sobre las tomas del carro ó “taxi-driver shots” en Quantum of solace, en las que de acuerdo al también cinefotógrafo y Director del CCC, Henner Hoffman, se “rompe el eje de acción”, Roberto Schaefer comentó:


“La gente de esta generación creció viendo televisión, videos musicales y videojuegos. Ahora tenemos otra percepción de la realidad en pantalla, lo que vemos en ella nos impacta de una manera distinta a cuando el cine comenzó. La audiencia de ahora es mucho más sofisticada”.


Asimismo, el cinefotógrafo contó que este recurso lo ocuparon en la película para crear “una confusión sobre la realidad, un juego de identidad entre los personajes”. Y expresó que le gusta incorporar movimientos de cámara a estas tomas porque le “parecen aburridas visualmente y totalmente basadas en el diálogo”.


Por otra parte, Schaefer afirmó que elige los proyectos en los que trabajará considerando “que tengan una buena historia, que crea será interesante verlas en cine, que sea un reto excitante, que pueda descubrir cosas, que tenga corazón y contenido social”.


Roberto Schaefer consideró que hay fotógrafos en los que sí se puede identificar un estilo y otros, como él, que son “camaleónicos” pues más que interesarse en imprimir un sello propio al filme, buscan que “las imágenes funcionen para contar la historia”.


Por esta razón, dijo, al momento de fotografiar “busco que no estén unidos la cuestión visual y el intelecto” porque éste se ocupa en la preproducción de los proyectos en donde se definen aspectos como la luz, los colores, los encuadres y los movimiento de cámara de cada toma.


Sobre el cine digital el fotógrafo opinó que los costos de éste frente al análogo son “casi los mismos” con la desventaja de que el primero aún no tiene “la calidad y el rango” que el cine tradicional por lo que recomendó usarlo para películas que tengan “su propio look”.


Finalmente, estimó que los efectos 3D actualmente se ocupan “de un modo muy barato, como en las películas de terror en las que se ve un cuchillo saliendo de la pantalla” pero señaló que en futuro se verán ejemplos de cómo estos elementos se “incorporan de una mejor forma al espacio” en las películas.