Muestra de la Cineteca: Conocerás al hombre de tus sueños: o de menos a Woody Allen
Por Ulises Pérez Mancilla
Al finalizar una de las funciones con público en la Cineteca Nacional, que dicho sea de paso rompió record de asistencia con la más reciente emisión de la Muestra, un hombre de unos cincuenta años explicaba vehemente su dificultad para digerir/aceptar la más reciente película de Woody Allen: Conocerás al hombre de tus sueños… “¡Ese tipo se cree muy listo sólo porque va al psicoanalista, qué tomadura de pelo, qué farsante!”, le decía a su esposa, que sin afán de juzgar, también podría ser su amante, o su amiga, a saber. Ese día y otros, las funciones del director neoyorquino estuvieron abarrotadas, especialmente por público joven. Al llegar a casa una amiga (alrededor de los 30 años) corrió a actualizar su estado de Facebook: “Qué sabio es Woody Allen”, decía.
Tras años y años de legado fílmico cuya mayor veta creativa data de los 70-80; y luego de alcanzar nuevamente la cúspide con la portentosa Match Point, Allen (que el 1 de diciembre cumplió 75 años) regresa a su estado de perfección catatónica que es lo que mejor le sienta: ese confortable dominio de neurosis que a través de una adoración hacia el entramado suerte/destino, se desborda en incisivo humor sólo para enfatizar la pequeñez humana en medio del caos del universo. En esta nueva película no hay nada nuevo bajo el sol; como buen músico que es, Allen apuesta a deleitar al espectador a través de la interpretación, con una puesta al día de su ópera personal.
El padre (Woody Allen sublimado a través de un Anthohy Hopkins muy, muy disfrutable) ha decidido mandar al carajo a su esposa de toda la vida, pues le ha venido un ímpetu por vivir su segundo aire ridículamente rodeado de juventud, empecinado en la aun más ridícula idea de ser padre de un varón, obvio, con una joven y guapa mujer. La madre (Gemma Jones), que con la partida del marido la vida se le escurre en un pañuelo, pulula ahora urgida de esperanzas y paliativos que le devuelvan su pisoteada capacidad de creer.
Por otro lado está la hija (Naomi Watts), atorada en un matrimonio mediocre que, sobra decir, le advirtieron no tomara. Ahora, ella alimentará las fantasías de su madre hasta que las suyas se vengan abajo, en gran parte porque su esposo (Josh Broslin), un escritor a disgusto consigo mismo, se quedó a medias en todo y en la comodidad que le da ser un mantenido, se regodea fantaseando sobre su capacidad seductora cada que mira a la vecina del edificio de enfrente, mientras espera que caiga del cielo un absurdo golpe de suerte.
Allen se va a la yugular en su retrato sociológico y apunte final. Más allá del regodeo esquizoide, es imposible no verse reflejado en sus jocosos apuntes sobre la mezquindad en el mundo. Paradoja e imposibilidad absoluta en torno a un ciclo sin fin que va más allá de la herencia biológica: También las actitudes se heredan, o como dirían Jorge Michel Grau, somos lo que hay.
Conocerás al hombre de tus sueños (You Will Meet a Tall Dark Stranger)
Dir: Woody Allen. País: EUA-España Año: 2010. Guión: Woody Allen. Fotografía en C.: Vilmos Zsigmond. Música: Canciones varias. Edición: Alisa Lepselter. Con: Anthony Hopkins (Alfie), Gemma Jones (Helena), Naomi Watts (Sally), Josh Brolin (Roy), Freida Pinto (Dia), Antonio Banderas (Greg), Lucy Punch (Charmaine). Prod: Mediapro, Gravier Productions, Versátil Cinema, Antena 3 Televisión, Dippermouth, Letty Aronson, Jaume Roures y Stephen Tenenbaum. Duración: 98 mins. Dist: Cine, Video y TV. Clasificación: B.
