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Reporte de la semana

2010-12-09 00:00:00

Festival Internacional de Cine de Acapulco: La terquedad se impone

* Homenajean a Lorena Velázquez con el Jaguar de Plata

Por Ulises Pérez Mancilla

Acapulco. La sexta emisión del Festival Internacional de Cine de Acapulco, FICA, fue inaugurada la noche de este martes en medio de un homenaje tras otro: a las viejas glorias del puerto exuberante a través de los recuerdos de Miguel Alemán y la presencia de Televisa, a Lorena Velázquez, pieza clave del cine de El Santo, a Claudio Obregón a través de la exhibición de su última película; pero también, al director de éste festival, Víctor Sotomayor, que en reiteradas ocasiones fue públicamente reconocido como “un terco”, principalmente por empeñarse en mantener vivo un festival que además de sobreponerse a problemas financieros, le cuesta trabajo encontrar su razón de ser, especialmente en un país donde prácticamente cada estado de la República tiene su festival de cine.   

Preámbulo a un festival anunciado 

Al FICA, su fama lo precede. Se dice de él, que al ser el último festival del año, pocos lo toman en serio. Que es más un evento para vacacionar, que su organización es improvisada, que su programación es la compilación de películas previamente exhibidas en otros festivales a lo largo del año, que el FICA es un esfuerzo más por allegar cultura a un municipio golpeado por el narcotráfico en aras de elección gubernamental. Todos ellos dichos, aparentemente sólo dichos.  

Este año, el primer indicio es una escasa convocatoria. Apenas un puñado de prensa cubriendo su realización, no obstante que éste año Televisa se incorpora a la organización del evento con todo su potencial mediático, que incluye una sección conducida por Patrick Olivier, Claudia Lizaldi y Oscar Uriel albergada dentro del programa Foro TV, transmisión de capsulas en su barra de noticieros y retransmisión en el canal web Tvolución: “la mejor cobertura de un festival”, dice Luis de Llano, quien parece haber tomado esta misión por encargo y de último momento.  

La tarde previa al festival, las calles de Acapulco no estaban tapizadas del cartel conmemorativo del FICA, tampoco el Cinépolis Diana lo había anunciado en su marquesina. No había catálogo, ni programación certera, acaso unas hojas impresas con información traspapelada: la presentación de la conferencia de prensa de Más allá del muro con la sinopsis de Recién Cazado, así el descuido por ejemplo. A la caída del sol, antros y bares del puerto ofrecían su agradecimiento a la guadalupana con discretas pero variadas procesiones por la costera Miguel Alemán.   

Alfombra roja 

La alfombra roja, ese desfile antropológico de glamour mal entendido, estuvo copada por los conductores del canal estatal que esperaban la llegada de las “estrellas” pese a un firmamento natural glorioso en el Museo Histórico Fuerte de San Diego, donde aguardaba la proyección al aire libre de Más allá del muro en medio de un discreto pero relevante despliegue de seguridad que no habla más que del parte de guerra que vive el país en los estados clave para el narco.  

Alrededor de dos horas duró la pasarela que se prolongó, más que por la nutrida asistencia de los invitados especiales, por las imprecisiones de los jóvenes conductores que al más puro estilo periodístico de “no pares de hablar mientras estemos al aire”, no soltaban a los actores o directores que pasaban por ahí aunque no conocieran ni su trabajo ni a ellos mismos. Total, en la alfombra roja no importa qué, siempre hay qué preguntar y siempre hay qué decir, no importa cómo o lo que se diga, lo relevante es hacer acto de presencia.  

Las cámaras nacionales de Tele por ejemplo, buscaban más nota preguntándole a Stephanie Salas si con ese cuerpazo que tiene no piensa posar para una revista de caballeros. Que nadie culpe a Regina Orozco por responder con monosílabos a la avalancha de preguntas. Luis de Llano fue el primero en llegar y no pasaron diez minutos cuando ya se le veía desencajado, sentando a la puerta del museo rememorando los días del ACAFEST, ese Siempre en Domingo en grandote que solía organizar en los 90. “La gente quiere que vuelva”, planeaba el estratega televisivo, mientras Carlos Haggerman exponía el orgullo que le representará exhibir su documental Vuelve a la vida en la playa de Caletilla en el marco del festival.  

Desfilaron por ahí Tiare Sacanda sin película alguna qué presentar, Julio Bracho de vuelta a los escenarios con Desafío, la homenajeada Lorena Velázquez, Alfredo Gurrola firme en la promoción de Borrar de la memoria,  las imprescindibles de las alfombras Aleyda Gallardo, Paulina Gaitán y Elizabeth Valdez y desde luego, Miguel Alemán Valdés, rememorando los días en que fundó en Acapulco la Reseña Cinematográfica con los estrenos de las películas ganadores en los festivales más importantes del mundo a finales de los 50.  

Más allá de los discursos 

Luego de harto discurso de agradecimiento (del presidente municipal de Acapulco a Miguel Alemán, de Miguel Alemán a Acapulco, de Lorena Velázquez a Miguel Alemán, de la familia Alemán a Televisa, de Acapulco a Luis de Llano y así); Lorena Velázquez, que ingenuamente recordó los derroches de la farándula en el pasado, cuando las estrellas eran transportadas en helicóptero a los grandes eventos, recibió el Jaguar de Plata por su trayectoria agradecida y contenta, bendiciendo a todos por el halago y deseando mucho trabajo por delante. Fue así como el secretario de turismo del estado, envió felicitaciones directas por parte del gobernador Zeferino Torreblanca a Víctor Sotomayor, “por terco” y por seguir empeñándose en que este festival tenga vida.  

En medio de tanto protocolo político y fotografías de sociales y espectáculos, Luis Eduardo Reyes desvió la atención de los asistentes (¡por fin!) hacia lo que hace a un festival de cine un festival de cine: la proyección de la película inaugural: Más allá del muro, último trabajo de Claudio Obregón, a quien el director dedicó la función a manera de homenaje póstumo “donde quiera que esté… con este personaje, Claudio quería volver a enamorarse del cine, esa fue una de sus motivaciones para aceptar esta historia”. Los aplausos surgieron espontáneos. Regina Orozco, miembro del elenco y presente esta noche, remató: “vean cine mexicano, yo en lo personal, prefiero verme identificada con personajes interpretados por actores mexicanos”. Su realidad, dijo, no la mira en el rostro de Julia Roberts, sí en historias como la que ésta noche, bajo el cielo iluminado de Acapulco, ese emblemático puerto de amores cinematográficos, está a punto de comenzar.

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