Adriana García y Elizabeth Aguilar
En el marco de las actividades del 25 Festival Internacional de Cine en Guadalajara, se ha lleva a cabo un merecido homenaje al reconocido actor de la época del cine de oro mexicano Joaquín Pardavé (1900-1955), al que sin embargo se le ha dedicado una decepcionante exposición montada en la Rambla Cataluña con el apoyo del Gobierno Municipal de Guadalajara, la Filmoteca de la UNAM, la Universidad Autónoma de Guadalajara y María Elena Pardavé Robles, sobrina del homenajeado.
Dicha exposición está compuesta por 36 imágenes entre stills, fotomontajes y fotografías que retratan la vida cotidiana y profesional del desaparecido actor. Lamentablemente, este material inédito no puede apreciarse apropiadamente dada la mala calidad de la reproducción de los originales (impresión y suaje), sólo basta con pararse frente a las imágenes para ver las líneas de tinta mal aplicada y los bordes irregulares de cada una de las piezas.
Las imágenes no siempre hablan por sí solas, por lo que para el espectador, las cédulas se vuelven de vital importancia para entender el contexto y los personajes mostrados. Por desgracia, las cédulas no sólo carecen de contenido, sino que éste es erróneo.
Una de las fotografías en la que se encuentra Joaquín Pradavé rodeado de mujeres, entre ellas Silvia Pinal, el pie de foto indica Mamá nos quita los novios, cuatro fotos más adelante se encuentra una toma más abierta de la misma foto y el pie indica El casto Susano. La fotografía pertenece a la película El casto Susano, dirigida por el mismo Joaquín Pardavé en 1952.
Se comprende que al tratarse de una exposición itinerante los materiales no pueden ser de la mejor calidad ya que están expuestos al cambio climático y demás factores como el polvo; sin embargo, esto no es justificación para la deficiente presentación con la que intentan distinguir al también compositor y director en uno de los festivales de cine más importantes de nuestro país.