Por Adriana García
Guadalajara. Como parte de una serie de actividades entorno al rescate de uno de los mayores representantes del cine silente mexicano, la casa ITESO Clavigero presenta hasta mayo, la exposición Salvador Toscano testigo y documentalista de la Revolución Mexicana. Salvador Toscano nació en Guadalajara el 24 de marzo de 1872, realizó sus estudios profesionales en la capital del país graduándose como ingeniero topógrafo e hidrógrafo, posteriormente se inició también en el negocio de la exhibición y la producción cinematográfica.
Fotografías con sus compañeros de clase, cartas escritas a su madre, fotogramas, proyectores y monitores con pequeños fragmentos de algunas de sus películas conforman un recorrido nutrido, que dejan al descubierto a un visionario. Reconoció la importancia de la publicidad a través de la cual la gente se enterara y asistiera a las funciones que él organizaba.
En la exposición se muestran algunos carteles donde anunciaban las exhibiciones en el Teatro Degollado o en la antigua calle de Plateros, hoy Madero, en la Ciudad de México. Algo por lo que se le debe reconocer a nivel mundial a Salvador Toscano, es por ser pionero en un proceso de edición, que en ese momento se conoció como documental de montaje el cual consiste en seleccionar, recortar y pegar en tarjetas los fotogramas de las películas con anotaciones escritas a mano o máquina para, de esta forma, establecer algo muy parecido a lo que hoy se le llama story board.
Mucho del material que el jalisciense filmó, fue recopilado en un largometraje que lleva por nombre Memorias de un mexicano, realizada por Carmen Toscano, primogénita del cineasta. Para poder realizar la publicidad de ésta película, Doña Carmen invitó a los integrantes del Taller de la Gráfica Popular, por lo que en la última sala podemos apreciar algunos fotomontajes elaborados para este fin.
Entre originales y reproducciones la Casa Clavigero permite al espectador transportarse a otro tiempo. Cuenta con espacios pequeños, pero bien aprovechados, en los que se puede observar no sólo la vida profesional sino personal del que posiblemente sea el más destacado hombre de cine mexicano de las primeras dos décadas del siglo XX.