Por Déborah Farjí Núñez

No hace mucho, los Oscares eran reconocidos como uno de los premios más importantes a lo mejor de las artes y ciencias cinematográficas. Sin embargo, la validez del galardón fue cuestionada ya que las cintas y creadores laureados no eran precisamente un ejemplo de calidad artística. Tal podría ser el caso ahora del Festival de Cannes, al que muchos consideran el más prestigioso del mundo. Y es que resulta sorprendente que la cinta Daniel y Ana (México-España, 2009) del joven Michel Franco haya formado parte de la Quincena de Realizadores de dicho festival durante el año pasado. 

Daniel y Ana cuenta la historia de dos hermanos que al ser secuestrados son obligados a tener relaciones sexuales delante de una cámara de video. En su debut como director, Franco presenta de manera lenta y monótona la sucesión de hechos que carece de toda narrativa. La tragedia de los Torres trata un tema perturbador por sí mismo. Sin embargo, un tema no hace una película. Resulta una falta de respeto al público que por hora y media se sienta frente a la gran pantalla para ver un montaje vacuo, con una fotografía deslucida, plena de encuadres sin intención y, por ende, inservibles, a cargo de Chuy Chávez (Zurdo, 2003) y para rematar la música de El sueño de una noche de verano, de Felix Mendelssohn, en un absurdo intento por remitir al valor conceptual de la banda sonora de 2001: Odisea del Espacio (Kubrick, 1968).  

En México hemos visto películas más simplonas (Cansada de besar sapos, Efectos secundarios, 2006)  y  otras no tanto, que aun sin mérito artístico, consiguen historias consistentes, con una perspectiva propia, técnicamente bien logradas.   

Marimar Vega (Amor, dolor y viceversa, 2009) en el papel de Ana y Darío Yazbek Bernal (Daniel), hermano de Gael García, hacen su mejor esfuerzo al interpretar a individuos que evidentemente no fueron desarrollados y mucho menos definidos. Asimismo, los personajes secundarios son grises y el manejo de extras es rígido, inverosímil e inútil. Eso sí, en una “alusión” más a los grandes como Hitchcock y Stan Lee, resalta  el deliberado y largo cameo de Franco en una de las escenas casi finales.  

Sin duda, es necesario fomentar la generación y desarrollo de nuevos proyectos en el país, sin embargo, es indispensable una estricta reevaluación de los criterios de producción así como la profesionalización del guionismo y los métodos de realización para contar historias que quizá no encuentren el hilo negro pero sí reinventen la narrativa del nuevo cine mexicano.

Daniel y Ana  

País: México, España. Genero: Drama. Año: 2009. Productora: Alameda Films, Blu Films, Fidecine, Labodigital, Labofilms, Morena Films, Strawberry Films. Director: Michel Franco. Guión: Michel Franco. Fotografía: Chuy Chávez. Edición: Oscar Figueroa. Sonida: Santiago Núñez. Música: Rosino Serrano. Dirección de arte: Martha Papadimitroiu. Reparto: Darío Yazbek Bernal, Marimar Vega, Josemaría Torre-Hütt, Luis Miguel Lombana, Montserrat Ontiveros

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