Por Ernesto Medina

El desempleo, la amistad, la búsqueda de la pareja ideal y la
solidaridad entre amigos son temas explorados en la ópera prima de
Eduardo Lucatero, Corazón marchito.

La historia, escrita por el mismo Lucatero,  nos presenta a dos
viejos amigos profesionistas, clase medieros de treinta años
aproximádamente, que son protagonizados por Ana Serradilla (Cansada de besar sapos, México, 2006), quien interpreta a una abogada desempleada y Mauricio Ochmann (Ver, oír y callar,
México, 2005), quien da vida a un diseñador gráfico que está en busca
de pareja; estos conocidos entrañables, desean ayudarse mutuamente para
conseguir lo que les hace falta en su vida.

Corazón marchito, con un planteamiento de lectura fácil y
sin complicaciones, nos predispone a conocer el desenlace de la
historia desde la primera secuencia. Esta película incursiona de forma
sencilla en cuestiones cotidianas de la vida, sin tocar de manera
profunda ningún tema, utilizando como recurso narrativo el gag, así como algunos toques dramáticos, que intentan dar sentido a la trama.

La cinta fue filmada en la ciudad de México en el segundo semestre
de 2004 y terminada ese mismo año. Este trabajo fue producido por 
Rafael Jiménez Hernández y contó con el apoyo del Fondo de Inversión y
Estímulos al Cine Mexicano (FIDECINE).

Esta película es la quinta ópera prima mexicana que se estrena
comercialmente en lo que va del año, detrás de las historias de ficción
Fuera del cielo, Noticias lejanas y kilómetro 31, así como del documental  La canción del pulque.

Corazón marchito cuenta, también, con la participación de
Luis Fernando Peña, Cecilia Romo, Héctor Suárez Gomís y María Fernanda
Castillo; se proyecta desde el viernes pasado en 60 salas de distintos
complejos cinematográficos del área metropolitana.