Por Leticia Carrillo


La directora Yulene Olaizola sostuvo la noche del lunes una plática con los asistentes a la proyección del documental Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo organizado por el Film Club Café durante el ciclo Conversaciones con los Realizadores, que tiene programada la proyección de El mago, el lunes 17 y de Bajo Juárez, el lunes 24 de este mes.


En Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo la directora reconstruye, a partir del relato de su abuela, Rosa Elena Carvajal, el caso de Jorge Riosse, un hombre joven, culto y educado que posiblemente fue un asesino serial y que vivió durante 8 años en la casa de huéspedes propiedad de Rosita con la que estableció una extraña relación de amistad.


“Jorge marcó a esa casa y a mi abuela en particular” expresó la cineasta quien señaló que su objetivo principal fue acercarse al mito de Riosse desde un punto de vista distinto al de Rosa Elena; esto le permitió, al mismo tiempo, conocer a su abuela desde otro ángulo.


Olaizola indicó que otra de sus ideas al realizar el documental fue retratar el ambiente que se vive en un lugar como es una casa de huéspedes donde se tiene que compartir el espacio con gente muy distinta entre sí, y el enterarse de la vida de los demás, conocerlos más a fondo aunque sea a través del chisme, es una forma de autoprotección.


La realizadora opinó que aunque el documental y la ficción utilizan un mismo lenguaje, en el primero hay una mayor libertad creativa, y más espacio para improvisar a diferencia de la ficción, en la que por ciertas normas, el director se ve más restringido. Asimismo, no consideró haber roto con algunas especificaciones del género en los momentos en que en la película se escucha su voz dándole indicaciones a Rosita: “simplemente hice evidente lo que uno ficciona”.


Yulene dijo que conoció a Jorge Riosse cuando ella tenía diez años, y sólo recuerda haberlo visto en dos ocasiones, una de las cuales él le tomo varias fotos para después hacerle un dibujo. Sin embargo, cuando la cineasta tenía quince años se dio cuenta de la singularidad de la historia relatada por la abuela y decidió contarla algún día.


La directora comentó que desde que hizo el examen para ingresar al Centro de Capacitación Cinematográfica y le preguntaron qué historia filmaría, contestó que ésta. Así, tuvo que esperar cuatro años hasta que el programa de estudios contempló la realización de un documental. La recopilación de material le llevó alrededor de un año y una buena parte de la labor fue facilitada por el trabajo de investigación, sobre todo hemerográfica, que años antes había hecho por su lado Rosita.


Asimismo, Yulene vio como un primer argumento o guión, el libro escrito por la dueña de la casa de huéspedes titulado Anécdotas Intimísimas de Víctor Hugo y Shakespeare, donde la autora relataba las historias de sus inquilinos y el último capítulo se lo dedicaba a Jorge Riosse de quien Rosita tomó cuadros para ilustrar la publicación.


En el documental participa como fotógrafo Rubén Imaz, director de Familia tortuga. La colaboración con la directora se dio a partir de que ella sintió la necesidad de contar con el apoyo de otro director con gustos e inquietudes similares a los suyos, para guiar el rodaje cuando fuera necesario.


Así, Olaizola e Imaz se fueron turnando en la realización de las entrevistas a Rosita y la operación de la cámara. Además, el cineasta aportó “frescura” al tratamiento del relato al insistir sobre detalles que para Yulene parecían obvios.


Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo se realizó en un periodo entre 15 y 20 días repartidos en un lapso de 6 a 7 meses, aunque la entrevista con la abuela se hizo en un par de días, para no perder el ritmo de la narración.


Yulene desestimó la idea de plasmar la historia del documental en un largometraje de ficción: “¿para qué, si no es necesario?, es más poderosa la realidad”.


Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo ha obtenido reconocimientos en los festivales BAFICI de Argentina; Internacional de Cine de Transilvania; FICCO de México y el Encuentro Latinoamericano de Cine de Perú; además formó parte de la sección Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián. La directora calcula el costo real de la cinta en aproximadamente 1 millón de pesos, aunque gran parte del financiamiento lo obtuvo a través de los distintos premios y apoyos que ganó.


En este sentido, la realizadora consideró que aunque en escuelas como el CCC o el CUEC hay un esquema de personas que se dedican a inscribir los trabajos de los alumnos en los festivales, la iniciativa para que las obras lleguen a ellos es del alumno: “la gente que creyó en el proyecto fue de otro lado y ellos se fijan en tu material, lo que más habla de tu proyecto es el material que mandes”, concluyó.