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Ángel Sala, director del Festival de Sitges que fue acusado por la Fiscalía de Barcelona por permitir la exhibición de “A Serbian Film”, declaró este miércoles como imputado ante el juzgado de instrucción número 8 de Vilanova i la Geltrú, presentando pruebas para demostrar en que en el film que contiene crudas imágenes de sexo con menores, no han participado niños.
Sala ha llevado ante el juez el making of de “A Serbian Film” para demostrar que no ha habido menores en el rodaje de esta polémica producción, que previamente se ha exhibido en diversos festivales sin ningún tipo de inconvenientes. El director de Sitges especificó que en las escenas donde se involucran a supuestos niños, estos son representados por maniquíes, mientras que la secuencia donde se penetra a un recién nacido se utilizó un muñeco de plástico.
Además de presentar tal material, la defensa enumeró la cantidad de premios que ha recibido el largometraje en otros certámenes y su paso por el mercado del Festival de Cannes.
También apuntó al Código Penal español que indica un castigo para aquel que incurra en el delito de pornografía infantil, pero para que tal acusación tome efecto los niños deben ser reales, lo cual no es el caso de “A Serbian Film”.
Luego de que la de la Fiscalía de Menores de Madrid se pusiera en contacto con la Fiscalía de Barcelona, tras la demanda presentada por la Federación de Asociaciones para el Maltrato Infantil, a la que se sumaron la Confederación Católica Nacional de Padres y Familia y de Alumnos (Concapa), Sala fue imputado por el artículo 189.7 del Código Penal, que castiga “con la pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis meses a dos años el que produjere, vendiere, distribuyere, exhibiere o facilitare por cualquier medio, material pornográfico en el que no habiendo sido utilizados directamente menores o incapaces, se emplee su voz o imagen alterada o modificada”.
“A Serbian Film” es una película dirigida por el serbio Srđan Spasojević que cuenta la historia de una madura estrella de porno, que acepta participar en un “film artístico” sólo para descubrir que lo han involucrado en una producción pedofílica y necrofílica.