Prensa, escoria inmunda. Una reflexión desde el cine

Por Josep Maria Jolis
Noticine.com-CorreCamara.com

A juzgar por el título no hay duda que estoy de buen humor. Y es que hoy voy a escribir sobre los “alegres” chicos de la prensa y la publicidad. El mundo del cine ha glorificado al denominado cuarto poder. Los periodistas son retratados en una gran mayoría de películas, muchas de ellas norteamericanas, como seres valientes que defienden los valores de la justicia y la libertad de expresión. Y puede que así sea en muchas ocasiones. Pero siempre hay excepciones, manzanas podridas.

Decir cuarto poder es interesante. No por cuarto sino por poder. Conseguir el poder. Y ejercerlo. Influir en definitiva. El periodismo puede pretender darnos una visión de la sociedad pero también puede tejer una red de relaciones y mover los hilos del poder.

Pocas películas han mostrado los claroscuros del periodismo como “Chantaje en Broadway”

Pocas películas han mostrado todo lo que cuento con más claridad que la bastante desconocida “Chantaje en Broadway” (“Sweet smell of success”, 1957), la historia de un columnista influyente y un agente de prensa ansioso que intenta que sus representados aparezcan en la prensa. Dirigida por Alexander MacKendrick (conocido mundialmente por la comedia inglesa “El quinteto de la muerte”) es una de las películas más pesimistas y deprimentes que he visto en mucho tiempo. Y lo es sobretodo por la sensación de realidad y de verdad que transmite.

El columnista poderoso es Burt Lancaster, el agente de prensa patán es Tony Curtis. Dos personajes que se odian, se desprecian pero se respetan. Cada movimiento de uno afecta al otro como si fuera una partida de ajedrez.

Si no has visto “Chantaje en Broadway” es el momento de buscarla. Es cine negro, nocturnidad por las calles de Broadway, chismorreo, maldad y un guión con unos diálogos más afilados que una hoja de afeitar. De todos ellos me quedo con uno: “Vigila no te muerdas la lengua, podrías envenenarte”. Pues eso, vigilen al masticar.