Por Diana Juarrod
“Joyfluid” es un filme de animación que se desarrolla en una época futurista y decadente. El protagonista es un niño adicto a los videojuegos violentos, desatendido por su madre y presa de Trastorno de Déficit de Atención. Su obsesión por los videojuegos aunado a sus problemas psicológicos debilitarán su capacidad de distinguir la realidad, convirtiéndolo en un ser potencialmente peligroso.
De acuerdo con el realizador Alejandro Rodríguez Huerta, su opera prima “Joyfluid” está sustentada en toda una investigación sobre padecimientos psicológicos como son el Trastorno de Déficit de Atención y Border, cada vez frecuentes en niños. El realizador afirma que los videojuegos violentos ocasionan una reacción devastadora en las mentes infantiles con esta clase de problemas. El caso de la película, el niño protagonista lleva su disociación de la realidad hasta sus últimas consecuencias.
El realizador comentó en rueda de prensa que esta película expresa su preocupación por estos fenómenos sociales. También habló de su gusto por otras películas como “Final Fantasy” (2001) o “Inception” (2010), que a su vez fueron fuente de inspiración para este proyecto.
Cabe destacar que el presupuesto de la película fue elevado para el estándar nacional (se habla de 4.5 millones de dólares), pues desarrolló tecnología de animación 3D nunca antes vista, al menos en nuestro cine. Su manufactura es netamente mexicana, desde los creativos hasta los actores que se emplearon como modelos para los rostros y expresiones de los personajes.
El proceso de animación fue lento y laborioso, “un promedio de ocho horas por cada cuadro de cada capa” y algunas escenas utilizan hasta 12 capas. “Joyfluid” tiene 250 mil cuadros, todo esto para enriquecer la calidad fotográfica, hacerla más realista, con más texturas e imágenes en movimiento dentro del mismo plano.
Otra cosa interesante de este proyecto es que su financiamiento, si bien tuvo el apoyo del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), a través de los recursos del Eficine 226, la mayor parte de sus recursos la obtuvo gracias a la iniciativa privada.
Se necesitaron siete años de trabajo para culminar esta titánica empresa. Los esfuerzos tecnológicos de esta película son impresionantes, sin embargo carece de solidez en el terreno narrativo y cinematográfico.
Su contenido no está bien logrado, puesto que, comenzando por el guión, aunque la premisa es interesante, está lleno de inconsistencias y de diálogos insulsos, explicativos y torpes, casi como en una mala radionovela.
La narrativa visual no es lo suficientemente legible, depende demasiado de los diálogos. Esto tiene implicaciones graves en cuanto a la tensión dramática de la historia y su emotividad, pues quedan diluidas por este efecto, así como también por el montaje reiterativo y sin ritmo. Parece que hay una preocupación mayor por hacer que corran los segundos en pantalla que deplegar dramáticamente a la historia.
De este modo, hay escenas conformadas por dos planos que se repiten uno seguido de otro con la intención evidente de prolongar la escena, y en una búsqueda fallida por causar tensión o suspenso, convirtiendo el montaje en algo amateur e incluso aburrido. La película atiende de manera tan obsesiva algunos detalles, que descuida por completo otros de mayor importancia. Por ejemplo, de acuerdo con el guión, los humanos del futuro tienen los miembros atrofiados y por eso se mueven así, pero su aparatoso modo de ser no logra convencernos de que se trata de personajes atrofiados sino animaciones torpes. Esto es algo en lo que también falla la película.
“Joyfluid” termina sin alcanzar el grado de emotividad que proponía su argumento puesto que no logra construir esa emoción. Así que como tiro de gracia, el espectador es aplastado por una avalancha moralizadora.
Muchas cosas quedan sobre la mesa, preguntas cómo ¿por qué, si es posible gastar tanto dinero en desarrollar una tecnología especial, no se gastó más en un guión de calidad, un montaje más fino, un mejor planteamiento de la narrativa visual? Es decir ¿por qué no se invirtió más en el alma, en las tripas, en el cine? O al menos en asesorías que permitieran mejorar estos puntos.
Irónicamente el futuro para el realizador y para su equipo de trabajo, según los planes expresados en rueda de prensa, estará en diseñar videojuegos. Por lo demás este trabajo es interesante desde el punto de vista tecnológico y de la capacidad del departamento de producción para conseguir el financiamiento. Este 6 de junio se estrenará en 13 ciudades de la República Mexicana. Por supuesto la última palabra la tiene el espectador.
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