Por Lorena Loeza

De primera intención, se pensaría que hablar de ciencia, filosofía y espiritualidad, es un combate sin tregua entre ideas contrarias, y que probablemente terminará con la frase diplomática de “al final, querido/a espectador usted decide qué creer.” Lo fascinante de este documental titulado  “El Dalai Lama: Científico” (Dalai Lama – Scientist, 2019),  es que sucede exactamente lo contrario: puede ser que esa decisión se mueva de una postura radical, hacia una más abierta y conciliadora.

Dirigido por Dawn Gifford Engle y estrenado en 2019 en el TMFF 2019, “El Dalai Lama: Científico” es un interesante documental acerca de cómo las personas buscan responder a las mismas preguntas, usando métodos diferentes. Más que una comparación de los resultados, resulta muy ilustrador observar cómo opera la curiosidad y la construcción de conocimiento desde distintas trincheras.

En el centro del relato está – por supuesto- un Dalai Lama con una enorme afinidad hacia el método científico. ¿Extraño? No tanto. El director nos recuerda que antes de ser líder de una filosofía milenaria y considerado la reencarnación de un maestro ascendido, el Dalai Lama era un niño con curiosidad y con interés por la explicación científica del extraño mundo que nos rodea.

Además, tampoco hay que olvidar que el budismo tibetano no es una religión institucionalizada, sino una filosofía del mundo y la vida. Un modo de pensar, actuar y gestionar las emociones para vivir de una manera plena y consciente. Por circunstancias históricas, el Dalai Lama también se considera un líder político y un símbolo mundial de la resistencia pacífica frente a la ocupación china, lo cual le valdría obtener el Premio Nobel de la Paz en 1989.

El documental, reúne los encuentros del Dalai Lama con científicos destacados de diferentes áreas: físicos, neuro científicos, biólogos y psicólogos. En conjunto, dialogan acerca de las respuestas que han obtenido acerca de algunos cuestionamientos que a la humanidad siempre le han inquietado y de los que todavía no tenemos respuestas contundentes.

Aspectos como la física cuántica, los procesos del pensamiento o la concepción misma del universo y de todo lo que nos rodea, no supone los airados enfrentamientos entre ciencia y filosofía que quizás, como cliché, esperaríamos.

Además de eso, la cinta también muestra un lado distinto de lo que las acepciones comunes entienden acerca del budismo tibetano. La confusión occidental entre filosofía y religión y lo malinterpretados que están muchos preceptos milenarios en el saber popular, hacen indispensable acercarse al asunto de una manera diferente.

En general, el mundo occidental difunde con bastante prejuicio y desconocimiento, a este modo particular de comprender la existencia. Y por tanto, tampoco se trata en el documental de hacer una “validación científica” de creencias estereotipadas acerca de la reencarnación, o el karma aunque también sirve para entender que la mecánica cuántica sigue siendo una teoría y que no tiene las implicaciones sobre la realidad que la gente le atribuye – erróneamente- a la filosofía budista.

Al final, hay acuerdo en que estos misterios del universo requieren distintas miradas para su explicación.  Y que ciencia y filosofía siguen sin tener todas las respuestas… pero pueden caminar juntas buscando entender lo que hasta ahora, nadie sabe.

The Dalai Lama — Scientist Official Trailer from PeaceJam on Vimeo.