Por Miguel Ravelo
2020 será recordado como el año en el que todo cambió. La sacudida que recibió la humanidad nos tomó a todos por sorpresa –lo sigue haciendo–, y como ha sido posible, hemos intentado salir adelante y adaptarnos a una realidad inesperada. Hace tan solo unos meses habría sido difícil creer que nuestra cotidianeidad cambiaría radicalmente; a pesar de que muchas cosas evolucionan y son distintas, al parecer habíamos aceptado la noción de que en realidad, a gran escala, nada cambia. Ahora sabemos que hasta nuestras más elementales rutinas se vieron afectadas.
Una de las actividades que significaban una cita anual ineludible eran los festivales de cine, hoy gravemente afectados por la pandemia. Algunos han debido prescindir de muchos de sus colaboradores; otros pospusieron o directamente suspendieron sus certámenes; otros, buscando no estar dentro de ese terrible “lo que ya no fue” que en todos los ámbitos cada día se vuelve más presente, han buscado formas alternativas para seguir existiendo. Es el caso de Macabro, el Festival Internacional de Cine de Horror de la Ciudad de México, cuya edición no. XIX ya inició y se encuentra celebrándose en formato en línea, completamente gratuito para todos los amantes del género.
Como ya es tradición, Macabro cuenta con varias propuestas que han sido protagonistas de los mejores festivales de horror alrededor del mundo. Una de las películas más esperadas para esta edición es “Fulci for Fake” (2019), documental dirigido por Simone Scafidi que en 2019 formó parte de varios certámenes de importancia, como el Festival de Venecia, Sitges, Milano Film Festival y South Africa Horror Fest, entre otros. Con su participación en la presente edición de Macabro, el documental se estrena en nuestro país.
Desde su inicio puede notarse que “Fulci for Fake” no es un documental tradicional en su aproximación a su sujeto, el extraordinario Lucio Fulci, director fundamental dentro del horror italiano. Scafidi inicia presentándonos a un actor (Nicola Nocella) que tendrá la tarea de representar a Fulci en una película biográfica. Y para conocerlo más y entender lo que rodeaba al icónico personaje y a la forma en que se fue construyendo su leyenda, actor y director visitarán a distintos colaboradores y familiares del director romano fallecido en 1996. A través de las anécdotas vividas a su lado, buscarán dar sentido al complejo rompecabezas que supone una figura como la suya.
Uno de los puntos notables en “Fulci for Fake” son las personas que intervienen para hablar del Maestro. Si el protagonista no presente de esta película es por supuesto Fulci, Camilla, su hija, será quien lleve la voz principal en este recorrido a lo largo de la vida de su padre, proporcionando en el camino algunos de los momentos más entrañables del documental. Al haber sido la más cercana de sus hijas, Camilla tiene un sinfín de anécdotas sobre Fulci como realizador, ya que fue en el set en donde consiguieron lograr una conexión que no siempre fue sencillo encontrar en la vida diaria. A ella se unen leyendas del cine italiano como Michele Soavi, actor y director de renombre que inició su carrera como asistente de Fulci; Sergio Salvati, cinefotógrafo en sus obras fundamentales; Fabio Frizzi, compositor de temas esenciales dentro de la historia del cine de horror, y Paolo Malco, actor en dos de sus películas pero quien se convertiría en uno de los más entrañables amigos del director, entre otros.
Lucio Fulci realizó casi sesenta películas como director. A pesar de haber explorado una gran variedad de géneros (su obra presume comedias, westerns, thrillers y musicales), fue hasta inicios de los años setenta cuando intervino en el “giallo” (género italiano de terror y misterio con elementos de slasher, crimen y explitación) cuando su ascenso al reconocimiento internacional comenzaría a tomar forma. Es notorio que la muerte de su esposa Maria en 1969 cambiaría su forma de entender y hacer el cine, y es en esta época cuando películas como “Un lagarto en la piel de una mujer” (“Una lucertola con la pelle di donna”, 1971) y “Angustia de silencio” (“Non si sevicia un paperino”, 1972), sembraron el camino hacia el horror.
Cintas como “Zombie” (“Zombi 2”, 1979), “El más allá” (“…E tu vivrai nel terrore! L´aldilà”, 1981), “La casa junto al cementerio” (“Quella villa accanto al cimitero”, 1981) y “El descuartizador de Nueva York” (“Lo squartatore di New York”, 1982) son consideradas fundamentales dentro del horror italiano, propulsoras de una nueva forma de hacer cine y entender el género. Además, son películas tremendamente polémicas por la brutalidad de algunas de sus secuencias, que incluso las llevaron a ser consideradas las cintas más sangrientas realizadas hasta ese momento y a Fulci un gigante del cine gore.
“Fulci for Fake” califica, con razón, el periodo de horror de Fulci como el más importante de su carrera, y sus cercanos nos comparten detalles de su realización y la forma en la que el autor se involucraba con sus películas. Pero a diferencia de otros trabajos del género, este evita detenerse más de lo necesario en su obra. Se habla de su cine y técnicas, pero el eje principal está en su vida personal; a partir de ésta se realizan paralelos hacia las inquietudes cinematográficas del director. Más que recorrer una a una sus películas, la propuesta es conocer su vida, entender su excéntrica y a veces difícil personalidad, y con ello intentar comprender su cine. Por lo anterior, “Fulci for Fake” es un documental que pude ser apreciado tanto por quienes conocen su obra como por aquellos que buscan una introducción valiosa a su cine.
El único detalle que a ratos se antoja innecesario es tener al actor como guía para conocer a las personas allegadas a Fulci. Su exploración para interpretar al personaje se siente como un truco narrativo que en realidad no hacía falta y que puede llegar a distraer o estorbar. Haciendo esto a un lado, “Fulci for Fake” es un documental entrañable y que sale bien librado de una tarea considerablemente complicada: permitir asomarnos a la mente de un hombre que cambió la forma de hacer cine de género; uno que se volvió influencia ineludible para decenas de realizadores alrededor del mundo y quien dedicó su vida a intentar descifrarse a sí mismo a través del cine.
DIRECCIÓN SIMONE SCAFIDI 2019 Inglaterra | Italia. 90 minutos Reparto: Fabio Frizzi, Antonella Fulci, Lucio Fulci, Paolo Malco, Sergio Salvati Género: Documental/biográfica