Por José de Jesús Chávez Martínez
El documental es uno de los géneros principales del cine, ya que este arte y medio de comunicación nació registrando imágenes de la realidad cotidiana. Con el tiempo, el documental desarrolló una capacidad testimonial que, según el cineasta Eduardo Maldonado, pasó del mero reflejo de la cotidianidad, mediante el simple registro de sucesos, a un entendimiento de esa realidad que se presenta confusa y dispersa. A esto, Maldonado lo llama “investigación filmada”. El documental es entonces la alternativa al cine de ficción, el cual recrea la realidad con actores y situaciones “artificiales”, pero ambas vertientes con la posibilidad de hacer arte, desde luego.
Ya en otras ocasiones he referido a algunos documentales en este espacio y en esta oportunidad comentaré el reciente estreno en Netflix de una película sobre un caso que causó furor hace diez años en Estados Unidos: la historia de Caleb McGillivary, conocido simplemente como ‘Kai’, un indigente “hitchhiker” que salvó a una mujer de ser agredida por un sujeto, golpeándolo en la cabeza con un hacha. Resulta que un carro conducido por un hombre de color fue embestido por un tractocamión. Luego del incidente, una mujer se acercó para ayudar, pero el trailero la atacó, lanzando consignas racistas. Kai atestiguó la escena y entró en acción.
El suceso fue abordado por una entrevista en video que fue subida a YouTube y se volvió viral de manera inmediata. Ya saben, Kai se convirtió en un héroe de la noche a la mañana por ese acto y además porque seguidamente dejó entrever una personalidad extrovertida, locuaz y simpática al explicar su hazaña. Después desapareció cuanto todo mundo quería saber más de ese muchacho, así que reporteros y periodistas iniciaron una intensa búsqueda y dieron con él días después. La intención era llevarlo a la televisión y crear una serie tipo reality, a lo Kardashian. Incluso llegó a presentarse con éxito en el célebre programa de talk show conducido por Jimmy Kimmel. Todo iba bien, sólo que Kai de a poco iba develando una personalidad compleja y explosiva, rodeada de alcohol y drogas. El caso se complica cuando se descubre que hay mucho de falacia en el heroísmo de Kai y un hecho posterior: su involucramiento en un crimen a pocos meses de haberse viralizado.
Este documental sigue una de las líneas temáticas de Netflix acerca de las historias “true crime”, y logra profundizar y cuestionar con dureza el papel rapaz de los medios en la construcción de ídolos con el fin exclusivo de comercializarlos. Para ello explora la historia de Kai, su pasado, su infancia y su personalidad, así como la tendencia de las redes sociales en crear bolas de nieve incontrolables. Y eso que en 2013 era sólo el principio, cuando únicamente había dos sitios que concentraban el mayor potencial difusor: Facebook y YouTube (el caos actual en el ciberespacio es aún mayor).
La directora Colette Camden, ya experta en documentales, abunda en testimonios recopilados en torno a personajes allegados a Kai (canadiense por cierto): Jessob Reissbeck, el único periodista que logró entrevistarlo y figura fundamental en el relato; su primo Jeremy McGillivary, quien refiere la dura infancia de Kai, sus posibles problemas mentales y su vulnerabilidad (“cuando estás en ciertas situaciones te convierten en diamante o te aplastan, y a Kai lo aplastaron”, dice); o Shirley, la madre del mochilero, quien afirma no haber sido dura con su hijo. Igualmente muestra a productores televisivos que dudaban de la posibilidad de comercializar a este singular joven.
Esta cinta es, en resumen, un buen estreno de Netflix porque está dramatizada de manera atrayente, tiene forma cinematográfica, aporta suficientes datos y documentos, plantea un problema, lo explica y mueve a la reflexión con toda la información recopilada.
Título original: The Hatchet Wielding Hitchhiker. Año: 2023. Duración: 87 min. País: Estados Unidos. Dirección: Colette Camden. Guion: Colette Camden. Productores ejecutivos: Alexander Marengo, Adam Hawkins. Música original: Samuel Sim. Fotografía: Patrick Smith. Edición: Simon Barker. Producción: Sally Brindle. Productora: RAW. Producción y distribución: Netflix.