Por Ulises Pérez Mancilla

En los próximos días, Gabriel Mariño presenta su ópera prima “Un mundo secreto” en los cines de Berlín dentro de Generation 14Plus (una sección de la Berlinale destinada al público joven, donde compite por “El Oso de Cristal”). La película narra el viaje, literal y metafórico, de una adolescente que busca conocer más de sí misma. La historia, desarrollada dentro de un road movie que va del DF a Baja California, es protagonizada por Lucía Uribe y Roberto Mares, un par de actores cuya juventud aportó mucho más que su actuación al espíritu de la película.

Mares llegó a “Un mundo secreto” por esas casualidades que genera el trabajo previo y la constancia. Alejandro Gerber, el director de su último proyecto le comentó que Gabriel Mariño estaba por filmar su ópera prima y que le había llamado mucho la atención su trabajo. Fueron meses de entrevistas director/actor hasta que por fin conoció el guión y a su compañera, Lucía Uribe, con quien “surgió una gran química”. Roberto pasó varias semanas de incertidumbre, antes de que le confirmaran que él daría vida a Juan, un personaje que le emocionaba debido a muchas coincidencias con su vida: “me identificaba”, dice Mares, a quien además le ilusionaba mucho la idea de conocer el mar arriba de un ferry.

Lucía igualmente, parecía predestinada para éste papel: “desde chica me encanta la actuación. Y aunque el contacto que he tenido con ella ha sido más del lado del teatro, a los once años actué en un corto del CCC, y ahí conocí a Gabriel. No perdimos el contacto, y unos años después, cuando yo estaba en la prepa, me platicó del proyecto, y de su interés de que participara en él… Gabriel me dio la oportunidad de actuar en cine, que es completamente distinto al teatro, y fue una experiencia increíble. Es una puerta que definitivamente quiero dejar abierta”.

“Un mundo secreto” fue el debut de Lucía en el cine, y así es como lo recuerda: “Fue increíble. Parece extraño, pero lo disfruté todo. Fue un proyecto hecho con tanto amor y tanto cuidado, que todo estaba en su lugar. Todos sabíamos lo que teníamos que hacer, y lo hacíamos con la mejor disposición porque queríamos estar ahí… Éramos muy poquitos. Nueve en una camioneta cruzando el país. Escuchando música, bailando, durmiendo, diciendo tonterías… Éramos casi una familia. La pasábamos realmente muy bien, y no perdíamos la seriedad en el trabajo. Creo que esta mezcla de diversión y seriedad fue ideal, e hizo que todo fuera disfrutable”.

Mares se suma a esta emoción: “Lo que más disfruté del viaje fue, primero que nada, haber tenido la oportunidad de subirme a un ferry y llegar a unas playas tan hermosas cómo las de La Paz, Baja California. La comida de ahí (¡los mariscos!) y por supuesto estar trabajando con el crew tan padre y divertido, parecía a veces que éramos un par de cuates turisteando, eso sí siempre profesionales“.

Baja California los adoptó como ellos a Baja California. Cuenta Lucía que un día estaban filmando una escena en la que el personaje pedía un aventón en carretera, sin conseguir que se lo dieran: “entonces, cuando pasaba un coche o un camión, yo le hacía una seña con el pulgar, y se seguían de largo. Entre los vehículos que pasaban, pasó un camión de carga enorme. Le hice la seña como a todos, y se siguió de largo como todos. Sin embargo, unos minutos más tarde, el camión dio vuelta en u, y regresó a recogernos, pensando que de verdad estábamos pidiendo aventón. Este fue un gesto entre miles que recibimos de la gente de Baja California, que siempre nos sorprendió por su calidez”.

Lucía, ¿Encuentras relación entre tu personaje y tu vida diaria, en los intereses, sueños, anhelos de tus amigos, por ejemplo?

Claro. María es alguien que ha sido lastimada. Por su contexto familiar en el que no encuentra un apoyo, y por su contexto escolar, en el que abusan de ella. María tiene mucho qué decir, pero ella misma no se deja. Cree que ella es la culpable de su dolor, de su “no pertenecer”, cuando lo que le pasa, los vicios en los que se enreda, son ya más grandes que ella. Creo que, en un sentido general, tienen que ver con la violencia. Que fomentan los otros hacia uno, o que fomenta uno hacia uno mismo. Y en este sentido, por supuesto que tiene que ver con mi realidad y con la realidad de México en este momento. María quiere salir de su escondite. De repente se harta de estar complaciendo a los demás y se quiere escuchar a sí misma. Y en este sentido, se puede relacionar con cualquier adolescente que esté en esta situación. Es un personaje complejo. Con esto intento empezar a describirlo, pero cada espectador tendrá su interpretación y hará su propio vínculo con el personaje”.

A pesar de su juventud, Mares es un actor con una trayectoria constante, que alterna entre el cine, el teatro y la televisión. Si bien su filmografía es pequeña, ha forjado una presencia notable a través de un puñado de títulos memorables (“Espiral”, “Vaho” y ahora “Un mundo secreto”): “Estoy muy contento por que las películas en las que he participado les va muy bien en festivales tanto internacionales como nacionales, creo que el trabajo en el cine no se destaca por la cantidad ni lo comercial, si no por la calidad, y eso creo que ha influido bastante en los proyectos que hago”. Sobre su método de trabajo comenta: “me gusta mucho clavarme con los personajes, documentarme y entenderlos, nunca juzgo nada ni a nadie y dejo que me lleven las cosas a donde tengan que llegar, siempre escuchando y aprendiendo de los demás, escucho a mi director, entiendo a mis personajes y dejo que fluyan”.

Roberto evalúa su más reciente trabajo con entusiasmo: “Mi experiencia en la película fue satisfactoria… ya que el personaje fluía como pez en el agua. Mariño me dejó construir bastante mi personaje y ahora espero los resultados en la pantalla, ya que cada película es una responsabilidad de no repetirme como actor”. Respecto a la presencia de “Un mundo secreto” en uno de los festivales más importantes del mundo, sólo tiene un pensamiento en mente para sus compañeros de trabajo: “Suerte, mucha suerte”.

El futuro para Lucía, por su parte es prometedor: ”después de filmar la película consideré más seriamente dedicarme a la actuación, y entré a estudiar a Casazul”.

¿Te emociona Berlín?

Sí, claro que me emociona. Que nos toque la suerte de estrenar en un festival así es más allá de lo que hubiera imaginado. Sólo tengo expectativas de pasarla increíble. Es el momento de festejar y disfrutar con el equipo el resultado del trabajo. ¡Y qué mejor que hacerlo en Berlín, paseando, viendo cine, teatro, arte!

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