Por Hugo Lara Chávez
Se ha hecho casi una obligación desde hace más de dos décadas que en el camino hacia los premios Oscar en Estados Unidos aparezca una película que aborde el tema de la segregación racial. Hay varios ejemplos que vienen a la memoria con facilidad, desde “Mississippi Burning” (1988) o “El chofer y la señora Daisy” (“Driving Miss Daisy”, 1989) hasta “Criadas y señoras” (The Help, 2011). Este año, toca el turno a “El mayordomo de la Casa Blanca” (“The Butler”, 2013), la más reciente película del cineasta afroamericano Lee Daniels (Precious, 2009), que se supone está basada en hechos reales.
“El mayordomo…” es una epopeya de 50 años de la historia de Estados Unidos sobre la lucha contra la segregación racial, narrada desde el punto de vista de Cecil Gaines (Forest Whitaker), un afroamericano de origen campesino que en su niñez pasa a servir a la casa de una hacienda algodonera y luego se convierte en un mayordomo tan eficaz que es contratado para trabajar en la Casa Blanca a fines de la década de los cincuenta, cuya labor desempeña al servicio de siete presidentes, desde Eisenhower hasta Ronald Reagan. El protagonista es lo que se llama peyorativamente un “House Nigger”, es decir, un esclavo doméstico, a los que algunos señalaban de recibir privilegios a costa del sacrificio de los demás negros.
El desarrollo del filme está cifrado en el contraste entre el refinado ámbito laboral de Cecil y su modesto entorno familiar, al lado de su esposa Gloria (encarnada por la afamada Oprah Winfrey) y sus dos hijos, Louis (David Oyelowo) y Charlie. Así, Cecil tiene momentos donde conversa de manera íntima con los presidentes Eisenhower (Robin Williams), Nixon (John Cusack) o Reagan (Alan Rickman), al igual que es tocado de cerca por ciertos momento de gravedad histórica, como el asesinato de Kennedy (James Marsden) o de Martin Luther King (Nelsan Ellis). Pero la llave de su conflicto y ulterior transformación es la relación con su hijo mayor, Louis, un joven rebelde que se convierte en un activista de la lucha en favor de los derechos civiles de la comunidad afroamericana, primero de manera pacífica y luego en franca militancia subversiva, dentro del radical Partido de las Panteras Negras.
“El mayordomo de la Casa Blanca” está narrado desde el interior de la comunidad afroamericana para ellos mismo, y su efecto hacia otros auditorios quizá no sea tan efectivo o conmovedor. El filme se enfrenta a la dificultad de abarcar un periodo demasiado extenso de la historia estadunidense (algo así como sucede en “Forrest Gump”), pues incluso en su epílogo llega hasta 2009 con el triunfo electoral del primer presidente negro, Barack Obama. De esta manera, los puntos climáticos de la narración se diluyen y pierden fuerza. Tampoco le beneficia el tono solemne y a veces cursi en su repaso a la historia de Estados Unidos. La caracterización de cada presidente pierde seriedad y se vuelve un concurso de imitadores, con apariciones tan breves que rayan en lo paródico (por ejemplo, Nixon o Lyndon B. Johnson). También se nota muy inflado el papel de Oprah Winfrey, en pos de hacer lucir a esta popular vocera de la comunidad afroamericana. En suma, “El mayordomo…” es una película que se queda por debajo de las expectativas.
Dirección: Lee Daniels. Producción: Pam Williams, Laura Ziskin, Lee Daniels, Buddy Patrick, Cassian Elwes. Guion: Danny Strong. Música: Alexandre Desplat. Protagonistas: Forest Whitaker Oprah Winfrey John Cusack Jane Fonda Cuba Gooding, Jr.