Por Hugo Lara Chávez
Ya desde hace tiempo que el cine chileno está dando de qué hablar positivamente y “Gloria” viene a refrendar esa tendencia. Se trata del cuarto largometraje de Sebastián Lelio que le ha valido un amplio reconocimiento internacional, gracias a su buena aceptación en foros como el Festival de San Sebastián y el de Berlín, donde obtuvo el premio como mejor actriz para Paulina García. Este filme fue nominado por Chile para competir por el Oscar este año, pero finalmente quedó fuera de la preselección. Lelio dirigió anteriormente “La sagrada familia” (2005), “Navidad” (2009) y “El año del tigre”, todos bien acogidos en importantes festivales de cine.
“Gloria” está centrada en el personaje del mismo nombre que interpreta García, una mujer madura de 58 años, divorciada, con dos hijos independientes, sumergida en la rutina de la oficina y en su hogar solitario. Su tiempo libre lo dedica a la búsqueda de un hombre de quien enamorarse, en los encuentros para solteros a los que asiste. Ahí conoce a Rodolfo (Sergio Hernández), un empresario dueño de un parque de diversiones, recién divorciado y que parece la pareja perfecta, que la consiente y la desea. Pero Rodolfo poco a poco manifiesta una obsesiva codependencia con sus hijas y su ex mujer que colocan a Gloria frente a nuevos dilemas.
La película de Lelio, con guión de él mismo y de Gonzalo Maza, deposita el peso del relato en su personaje central y en la solvente actuación de García. Es el retrato de un ser minúsculo, común y corriente, en el ámbito de la clase media urbana de Latinoamérica, en una edad que no suele considerarse ni glamurosa ni sofisticada. Con todo eso, la realización logra darle una dimensión entrañable y muy humana, puesto que se encuentra en la búsqueda de un deseo universal: la felicidad, ese indescifrable estado que aparece efímeramente y se escabulle jabonosamente, sea en la edad adulta o la adolescencia.
El tono de la narración es uno de los mayores mérito de “Gloria”. No es un filme que manipule condescendientemente a su personaje y su drama, pero con algunos ribetes de tragicomedia lo trata con delicadeza y lo acota en una atmósfera con la textura de la realidad, donde ocurren situaciones que conmueven y otras que despiertan simpatía y humor, siempre respondiendo a un ritmo contenido y una sobria puesta en escena.
Lelio ha comentado en alguna entrevista su disimulado homenaje al cine de John Cassavettes y su memorable película “Gloria” (1980), que protagonizó Gena Rowlands. Evidentemente hay una distancia enorme entre la Gloria de Rowlands y la que aparece en este filme chileno, pues de hecho podrían ser antípodas, pero también si se quiere se hallarán claras afinidades, a partir de la mirada hacia el universo femenino, a su sensibilidad y ternura. También el parecido emerge especialmente al apreciar en este personaje la apuesta del realizador por el optimismo, la confianza en la fuerza y el aplomo incluso a pesar de los reveses que propina el destino. Una película de grato sabor que se estrena en México el próximo viernes 10 de enero.
Se exhibe en la Cineteca Nacional, consulta la programación.
Gloria
Director: Sebastián Lelio. Guión: Sebastián Lelio, Gonzalo Maza. Fotografía: Benjamín Echazarreta. Reparto: Paulina Garcia, Sergio Hernández, Coca Guazzini, Antonia Santa María, Diego Fontecilla, Fabiola Zamora, Hugo Moraga, Alejandro Goic, Liliana García, Luz Jiménez, Marcial Tagle. Año: 2012. Duración: 110 mins. País: Chile.
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