Crítica: “Navajazo”, enseña y propone reflexionar

PorS TP

Dic 4, 2014

Por Manuel Cruz

“Navajazo” (Ricardo Silva, 2014) es la película más ingeniosa que vi en FICUNAM. Ante el sorprendente canvas del documental mexicano (con ”Presunto Culpable” y “Mi Amiga Bety” como recientes líderes) esta pequeña cinta que inició como proyecto de tesis para el director Ricardo Silva, y ahora sostiene el premio del público en el festival, es una acertada combinación entre la cruel realidad y los falsos intentos de verosimilitud propagados en muchos noticieros nacionales: unos dicen que Tijuana, (donde se filmó la cinta) es un terreno más de la ‘narcoguerra’. Sus habitantes alegan que ese ‘infierno viviente’ no va tan mal, y “Navajazo” encuentra un punto medio, enfocándose en mostrar el estado como lo vive el propio Silva: introduciendo así a todos sus locos (y recordando por momentos a la genial “Slacker”) y desmintiendo temas recurrentes como narcos y prostitutas, con un ácido humor que le daría orgullo al maestro en “El Club de la Pelea: Chuck Pallahniuk”.

Pero esta cinta no es sólo pietaje de curiosidad e interés. La narración de Julia Pastrana, apareciendo cada rato en pantalla es, como el resto de la película, una carta de nostalgia y rencor a los cambios que azotaron no sólo al pequeño estado, sino México entero. “Navajazo” enseña y propone reflexionar, no desde un ángulo determinante. La película no se enfoca en un problema específico, sino la atmósfera: una de drogadictos en búsqueda de redención, productores pornográficos ampliamente creativos (véase “Boogie Nights” si hay deseos de profundizar en el tema) y gángsters con un ingenio particularmente perverso.

Bien es cierto que Tijuana tiene problemas. Y México, y todo el mundo. Pero al mal tiempo, risa y astucia, cualidades que se presentan todo el tiempo en esta cinta, un afortunado retrato del herido presente, y esperanzador futuro.

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@cruzderivas

“Navajazo”, Ricardo Silva, México/Francia, 2014.

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