Por Georgina Espinosa Gaubeca
“Ida” (2013) es una película polaca escrita y dirigida por Pawel Pawlikowski (1957), que relata el encuentro de una novicia huérfana con su trágica historia familiar. El filme recibió dos nominaciones al Oscar a mejor fotografía (Lukasz Zal y Ryszard Lenczewski) y a mejor película en lengua no inglesa, categoría en la que competirá con la cinta argentina de gran éxito taquillero, “Relatos salvajes” (Damián Szifrón, 2014).
La película está situada en Polonia de los años 60 y narra la historia de Anna o Ida (Agata Trzebuchowska), una novicia joven que creció en un convento y cuya vida religiosa es austera y silenciosa. A punto de tomar sus votos, es enviada por la Madre Superiora (Halina Skoczynska) a conocer a su única pariente viva, la tía Wanda (Agata Kulesza). El viaje se vuelve necesario para comprender su identidad, antes de enclaustrarse el resto de sus días. La tía es una juez antifascista que parece ser su antítesis, pues es promiscua y abusa del alcohol y del cigarro en una suerte de vida bohemia más depresiva que alegre. La tía le desvela su origen judío y su verdadero nombre: Ida. Juntas, van en coche a la búsqueda de los restos de los padres de Ida, quienes fueron asesinados, víctimas de la ocupación nazi de 1939. A través de su tía, Ida no sólo conoce su pasado, también tiene oportunidad de probar la vida mundana a la que renunciaría con los votos de castidad, pobreza y obediencia.
“Ida” está filmada en blanco y negro, en formato cuadrado, cuya fotografía retrata los paisajes desolados del campo, los cuales tienen concordancia con los paisajes interiores de la vida en el convento e, incluso, con el espacio solitario de la casa de la tía. Es decir, la fotografía de Zal y Lenczewski, se compone de retratos melancólicos, imágenes que consiguen mostrar la espiritualidad de Ida en contraste con los devastadores restos de la ocupación nazi. Habrá que ver si le robará el Oscar a Emmanuel Lubezki (“Birdman”).
Pawlikowski, el director, quien recibió influencia de Federico Fellini, tuvo formación filosófica y literaria, y comenzó su carrera con trabajos documentales. Por ello, logra exponer la realidad histórica de Polonia (como víctima y verdugo nazi) desde el punto de vista del interior de una joven mujer mística. En suma, “Ida” es una película contemplativa, en la que la imagen tiene más peso sobre el diálogo, y en donde la tragedia de la guerra se muestra en una Polonia sumida en el silencio.
El filme ha sido ganador de mejor película en el Festival de Cine de Londres y en el Festival de Cine de Telluride. Fue nombrada como mejor película por la Academia de Cine de Polonia y por la Academia de Cine Europeo. Recibió el León de Oro en el Festival de Cine de Gdynia y el Premio de la Crítica en el Festival de Cine de Toronto, entre otros galardones.
Agata Trzebuchowska (1992) es la actriz de origen polaco que debuta con esta película, y por cuya interpretación de Ida ha obtenido reconocimiento de la crítica en todo el mundo.