Por Hugo Lara
Los buenos melodramas como “Bob Trevino” tienen la virtud de saber llevar, sin desbordamiento de cursilería, a los espectadores hacia el momento que es inevitable conectarse con los protagonistas y conmoverse con sus conflictos íntimos, de gente común pero sensible.
Así pasa con “Un mejor papá” (“Bob Trevino, likes it, 2025) , el drama de una joven solitaria y con baja autoestima pero de gran corazón, Lily Trevino (Barbie Ferreira). Abandonada desde pequeña por su madre, Lily sufre el rechazo de su padre, Robert (French Stewart), un cretino que la ignora pero la chantajea sentimentalmente cuando la necesita. Lily le arruina involuntariamente una cita romántica y eso provoca que su padre, inestable emocional, le deje de hablar. Lily busca diferentes formas para reconciliarse con él y así recurre a Facebook. Allí, por confusión, encuentra a un homónimo de su padre, Bob Trevino (John Leguizamo), que resulta ser todo lo opuesto: un hombre respetuoso, trabajador y esposo dedicado, con quien establece una amistad. Los dos personajes se van conociendo y se ayudan mutuamente para sanar lo que les causa dolor.
“Un mejor papá” es la opera prima de la directora estadounidense Tracie Laymon, quien se basó para escribir el guion en una experiencia personal. Es un filme con personajes empáticos, desprovistos de glamour pero dotados de humanismo y ternura. La trama se sitúa en Kentucky, que aporta el realismo en el que se sumerge la historia. Abre con una escena donde la protagonista llora en medio de la oscuridad de su habitación, mientras chatea con su novio canallesco por el celular. Lo que sigue va por este camino, pero equilibrado con humor.
Así, conocemos otros personajes que gravitan en torno a Lily, como Daphne (Lauren ‘Lolo’ Spencer), una mujer a la que cuida debido a su incapacidad física y con quien lleva una estrecha amistad. Por otro lado, Bob es empleado de un contratista que se dedica al mantenimiento de casas, sin ningún tipo de vida social. Su esposa, Jeanie (Rachel Bay Jones), pasa el tiempo casi en absoluto haciendo scrapbooks o álbumes de recortes para participar en competencias. La rutinaria vida de ambos es cariñosa en la superficie, pero monótona y depresiva en el fondo, pronto descubriremos la razón.
Tanto Lily como Bob tienen un vacío qué llenar y, aunque ambos son frágiles, logran acoplarse en una amistad que les da aliento. La directora filma con buen ritmo y sensibilidad, apoyada en su eficiente cuadro actoral, donde Leguizamo y Ferreira se brindan de forma destacada. Además, el trabajo de diseño de producción, edición y fotografía cumplen satisfactoriamente, sin grandes alardes ni rebuscamientos.
“Un mejor papá” presenta una mirada positiva sobre las redes sociales, quizá con un poco de retraso, pues ahora tienden a ser más satanizadas. Aquí se tratan como una herramienta que da la oportunidad de conocer gente y construir amistades verdaderas. Puede ser que esa mirada corresponda a una década atrás, cuando las redes se veían con más inocencia. No obstante, “Un mejor papá” funciona sobre los cánones de este subgénero.