Por Hugo Lara Chávez
Desde Morelia

Este jueves en el Cinépolis del Centro de Morelia se llevó a cabo una concurrida alfombra roja por la que desfiló el actor Gael García Bernal saludando a decenas de admiradores. Ya adentro, se tenía todo listo para la proyección de “Amores perros”, la opera prima de Alejandro González Iñárritu que este año está celebrando sus 25 años, la semana pasada con una muy comentada proyección en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México y ahora en el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia.

En Bellas Artes, los medios le brindaron gran espacio a la presencia de González Iñárritu y de Guillermo Arriaga, escritor y autor del guion de la película, quienes se dieron un gran abrazo de reconciliación en el escenario del coloso de mármol luego de años de distanciamiento, a raíz de una disputa por la supremacía autoral de sus tres películas que hicieron juntos, la ya mencionada “Amores perros” mas “Babel” y “21 gramos”.

Ayer, en la capital michoacana, el público que entró a la sala pudo escuchar al protagonista de amores perros, Gael García, hablar antes y después de la proyección, y responder con muy buen humor algunas preguntas de la gente. El actor fue acompañado por Daniela Michel y Alejandro Ramírez, directora y presidente del certamen fílmico, respectivamente y habló de la importancia de la película, que vino a inaugurar, para sorpresa de todos, una nueva época y un ascenso para el cine mexicano, que venía de una estrepitosa caída de su producción con apenas unas cuantas películas al finalizar el siglo XX.

Gael comentó que la sorpresa fue para todos, incluido él mismo, que venía del mundo de la televisión y que, por primera vez, leía un guion de cine. Anoche dijo que él se hubiera quedado conforme con hacer solo esa película, pero luego llegó un segundo guion “Y tu mamá también”, de Alfonso Cuarón.

Volviendo a “Amores perros”, la proyección de anoche me hizo disfrutarla nuevamente, como cuando la vi en su estreno en cines en el ya lejano año 2000. El tríptico que engarza, por medio de un violento choque automovilístico, las historias del muchacho de barrio que hace pelear a su perro, Octavio (Gael); la modelo española Valeria (Goya Toledo), y el ex guerrillero, sicario y pepenador El Chivo (Emilio Echeverría), tiene una fuerza que sigue vigente, un vértigo que sofoca por momentos, una pasión que eriza la piel, una ternura que conmueve también cuando es necesario. Una película que abrevaba de grandes cineastas y películas, como Robert Altman, Kieslowski y Quentin Tarantino, entre otros. Un filme que a nivel estético marcaría un estilo en el cine mexicano y el mundo, con una edifición trompicada, una cámara rapidísima, la técnica del silver retain en el revelado para darle una textura metálica y sucia.

De las tres historias, la primera se consagró pronto como la más fascinante, con el ambiente de violencia y suciedad al interior de las casas de las colonias proletarias y las calles de la ciudad de México de iztapalapa y otras zonas. La trama cautiva de inmediato con la brutalidad de las peleas de perros y el conflicto entre dos hermanos que pelean por la misma mujer. Una versión chilanga de Caín y Abel, que se repite en parte con el tercer episodio, donde El Chivo, contratado para asesinar a un empresario, lo pone frente a su victimario, quien resulta ser su socio y hermano. Este tercer episodio regresa al ambiente de barrio con igual fortuna que el primero. El pasaje intermedio es de un ambiente sofisiticado, sobre el romance entre un publicista y una modelo española, en una relación que se descompone hasta el horror, a aprtir de que ella queda en silla de ruedas por el accidente automovilísitico y, además, pierde a su perrito amado debajo de la duela del departamento que comparte con su amante mexicano.

La película se hizo fuerte además por el talento que la dio a luz, con algunos que empezaban y otros que reafirmaron su carrera: además de Gael, Vanessa Bauche, Gustavo Sánchez Parra, Adriana Barraza, Humberto Busto, Álvaro Guerrero, el gran Emilio Echeverría, Rodrigo Murray, Jorge Salinas, José Sefami. Y dentro del crew, el fotógrafo Rodrigo Prieto, la directora de arte Brigitte Broch, la productora Mónica Lozano, el compositor Gustavo Santaolalla, y otros. No se puede dejar de mencionar a Lynn Fainchtein, la supervisora musical que le dio forma a un soundtrack poderoso que muchos ubican la película gracias a su selección de temas, desde “Lucha de gigantes” de Nacha Pop hasta “De perros amores” de Control Machete.

¿Cuánto hizo cambiar al cine mexicano “Amores perros”? Es algo que sigue comentándose y su aniversario 25 demuestra que su calidad de referente ha sido ganada con méritos.

Por Hugo Lara Chávez

Cineasta e investigador. Licenciado en comunicación por la Universidad Iberoamericana. Director-guionista del largometraje Cuando los hijos regresan (2017). Productor del largometraje Ojos que no ven (2022), entre otros. Director del portal Correcamara.com y autor de los libros “Pancho Villa en el cine” (2023) y “Zapata en el cine” (2019), ambos con Eduardo de la Vega Alfaro; “Dos amantes furtivos. Cine y teatro mexicanos” (coordinador) (2015), “Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-201” (2011) con Elisa Lozano, “Ciudad de cine” (2010) y"Una ciudad inventada por el cine (2006), entre otros.