Por Hugo Lara Chávez
Desde Nueva York

Podría compilarse un grueso archivo de los casos que enlazan la fama con el crimen y viceversa; vaya, para darse una idea de tal abundancia sería suficiente con echarle un ojo al periódico de hoy. Este es el tema de Chicago, la película, que se sirve de este motivo para fabricar una metáfora sobre los conflictos morales de la celebridad, develando los entretelones donde convergen las víctimas, los medios de comunicación, el morbo público y los victimarios. Chicago trenza esos eslabones bajo la alegre forma de una comedia musical, género que parece transitar por un breve renacimiento en Hollywood, como dan fe de ello las numerosas nominaciones a los Globos de Oro de que fue objeto esta cinta.

Chicago está basada en el exitoso musicalde Broadway del mismo nombre, que tiene varias temporadas a cuestas, desde que su principal creador, el legendario director y coreógrafo Bob Fosse lo estrenó en 1975, si bien, en años más recientes, ha gozado de un renovado entusiasmo entre los aficionados a este tipo de puestas en escena. La adaptación fílmica que ahora llega a las pantallas es obra del director Rob Marshall, responsable de hilvanar un relato que alterna vistosos números coreográficos y musicales con las incidencias de un truculento juicio, ambientado en el Chicago de la época del jazz de los años veintes y que se centra en dos mujeres asesinas que compiten, desde la cárcel, por los reflectores de la prensa, animadas por la ambición de la celebridad. Para darle vida a este espectáculo de humor y crimen, Catherine Zeta-Jones, Renée Zellweger y Richard Gere hacen derroche de sus habilidades al bailar, cantar y, por supuesto, actuar.

Una historia real

El argumento de la obra está inspirado en sucesos reales ocurridos en los años veintes, que dieron pie a sendas crónicas periodísticas, a una obra teatral y a un par de películas, incluyendo la que protagonizó Ginger Rogers en 1942. Fosse la adaptó para Broadway con el auxilio de John Kander y Fred Ebb para las letras y la música de las canciones, respectivamente. En el caso de la versión fílmica que nos ocupa, el guión estuvo en manos de Bill Condon y las coreografías —diferentes a las vistas en el teatro— son producto del propio Marshall. En conjunto se trata de una película cifrada en la inventiva sonora y visual que permiten los números musicales. Las buenas coreografías y canciones se condensan en las secuencias de espíritu fantástico y escapista, que se unen narrativamente con aquellas que aluden a la crudeza de una realidad sofocante, es decir, el entorno decadente de los protagonistas.

Sinopsis

En el Chicago de 1929, Roxie Hart (Renée Zellweger) vive frustrada junto a su mediocre esposo, Amos Hart (John C. Reilly) pues sueña con convertirse en bailarina y cantante, para seguir los pasos hacia la celebridad de su admirada Velma Kelley (Catherine Zeta-Jones). Su sueño parece desvanecerse cuando asesina por despecho a su amante. Ya en prisión se encuentra con Velma, también detenida por un crimen pasional. Ambas mujeres compiten entre sí por los reflectores de la prensa hasta que Roxie logra hacerse de los servicios del carismático abogado Billy Flynn (Richard Gere) y, en ese momento, su popularidad se va a las nubes. No obstante, los celos de Velma le reservan ciertas sorpresas a su rival.

LUCES Y SOMBRAS
CATHERINE ZETA-JONES

Velma Kelley

¿Eres aficionada a los musicales?

Desde que era chica me gustaban mucho. Cabaret fue uno de los que más me entusiasmaron en su momento, también West Side Story. Luego, ya de actriz, participé en La Calle 42, cuando era adolescente en Londres, pero no he visto la nueva puesta en escena. Era un sueño para mi tomar parte en una película musical.

¿Viste Chicago, el musical, antes de filmar esta película?

Lo vi mientras filmábamos. No me imaginaba cómo era el show y fue muy grato descubrirlo y percatarme de las diferencias que existen entre éste y la película que hicimos

¿Cuáles son las mayores diferencias?

En la versión fílmica hay una mayor aproximación al conflicto interno de los personajes, además de que la combinación de los espacios y de los tiempos es más versátil, vaya, es diferente porque es otro lenguaje. Sé que los chicos del show en Broadway tuvieron una proyección de Navidad de la película y les gustó mucho.

¿Estás satisfecha de tu participación en Chicago?

Estoy muy satisfecha tan solo por el hecho de ser parte de ella. Nunca había hecho un personaje como éste, no quisiera que se fuera, me gustaría conservarlo para siempre

¿Hay algo que te pareció especialmente difícil?

Quizás lo más difícil fue bailar. Algunos números fueron de verdad muy complicados y, además, no teníamos a un gran auditorio en frente para saber cómo lo habíamos hecho, en cambio sólo recibíamos de pronto unos tristes aplausos (risas).

¿Cuál es tu número favorito en Chicago?

“All That Jazz”, es una de las razones que me atrajeron del proyecto, creo que es muy atractiva y muy espectacular, al público le gusta mucha.

La película aborda el tema de la relación entre las celebridades y los medios ¿te gusta estar frente a los reflectores?

No tengo opciones a veces. Es parte de mi trabajo, de mi deber y de mis contratos. Con respecto a mi vida privada, no me gusta que esas cosas afecten a mi hijo, me refiero al momento cuando algunos periodistas rebasan la línea de lo prudente. Eso es aterrador e intimidante.

¿Cuando eras chica alguna vez pensaste en convertirte en una celebridad?

Pensaba que ser una estrella era ir a las premieres con lentes oscuros, pero no es así. Para mí lo importante es la manera como te involucras con la producción, con la concepción de una película, con la promoción, con tu trabajo. Eso es lo que yo amo de lo hago, es algo que tiene que ver con las responsabilidades que tienes que asumir. No lo veo con la frivolidad con la que se suele tratar este tema, como cierta gente que se fija más en la forma en que las celebridades se visten que en el trabajo de han hecho, es algo bizarro.

RENÉE ZELLWEGER

Roxie Hart

¿Hubo algo que te pusiera nerviosa en esta película?

No pensaba en eso. Cantar me espantaba, verdaderamente, pero fui muy afortunada porque la gente me apoyó muchísimo, en especial Rob Marshall

¿Cómo fue la preparación de la película?

Todos los días, durante algunos meses nos vimos para ensayar, antes de empezar a filmar. Íbamos a un escenario y nos encontrábamos en la mañana. Avanzábamos por secciones: la clase de tap, la de canto y, luego, los diálogos de mi personaje. Todo lo grabábamos y hacíamos sesiones de video. Todos los días. Fue como ir a la escuela, “la escuela de Rob Marshall para hacer Chicago”.

¿Conocías la obra musical de Broadway?

Nunca la vi, no conocía la historia, ni las canciones y preferí mantenerlo así, para tener más libertad durante la película

¿Qué tan difícil fue conseguir el papel de Roxie Hart?

No lo suficiente. Pensé que era una impostora todo el tiempo. No sé de donde vino la oportunidad y no sé por qué Rob Marshall me dio la confianza, pero estoy muy complacida y no puedo decirte que tan feliz y agradecida me siento por eso mismo

¿Participar en Chicago fue una experiencia personal?

Sí, en muchos niveles. Aprendí mucho de Rob Marshall, no solo por lo más obvio, sino también mirando cómo trabajaba, en medio de mucha presión pero con gran paciencia. Mirar cómo creaba todo fue algo hermoso que me inspiraba, era sinceramente fascinante. Tenía a todos en su mente en cada momento, sabía darle la continuidad a las cosas, sabía cómo comunicarse con cada uno y además era sumamente educado y amable

¿Te sorprenden los programas de televisión, como el de Jerry Springer, que ofrecen un poco de fama a la gente a cambio de vender su intimidad?

No sé si me sorprenda. Me entristece. Hay algo que está funcionando mal, algo en lo que estamos fallando, no solo como cultura y sociedad. Me inquieta pensar que las generaciones más jóvenes están mirando lo que pasa alrededor y creen que aparecer en la portada de una revista, o lo que sea, es una forma de acercarse a la fama. Monica Lewinsky fue a los Oscares por no hacer nada, solo por aparecer en la portada de una revista. No sé si me sorprende.

¿Sueles ver este tipo de programas?

Algunas veces lo hago, en especial si estás en Rumania y solo tienes cuatro canales de televisión, ves lo que te pongan, te lo digo porque apenas he regresado de ahí, de filmar una película. Pienso que esa clase de programas no son tan reales como se dicen, hay mucha manipulación detrás de ellos. Eso no es la realidad

¿Hay algunas cosas que tengan en común tú y tu personaje?

Mmmm… Roxie se sabe cuidar a sí misma y tiene que tomar diferentes decisiones, nada más

ROB MARSHALL
LAS FRASES DEL DIRECTOR

“Es curioso que la moda ahora es que las películas se vuelvan musicales, “The producers”, “Full Monty”, vaya “El rey León”. Pero no hay un gran número de buenos musicales que se hayan convertido en películas…”

“Estábamos ya en producción de Chicago cuando fue estrenada Moulin Rouge. Fue un respiro ver que la gente se interesaba por este tipo de películas; de algún modo nos abrió la puerta a los demás…”

”Todas las coreografías son mías, no usé las de Bob Fosse. Lo hice a propósito porque a Fosse lo considero un genio, un gran mentor y honestamente lo respeto mucho como para someterme a su comparación. Sé también, por ejemplo, que cuando Fosse hizo Cabaret no retomó sus mismas coreografías teatrales, por las variantes que suponía adaptarla al cine…”

“Los dos primeros números musicales fueron muy emocionantes para mí porque pude reconceptualizar toda la obra. “All that Jazz” me permitió introducir a los dos personajes, a Velma y a Roxie. “Funny Honey” la amé porque me permitió experimentar con Roxie en dos espacios distintos…”

“Fue una labor difícil encontrar el reparto adecuado, pues no son obvias las aptitudes de muchos actores para hacer esto. Catherine Zeta-Jones era más obvia que otros porque ella ya había trabajado en este tipo de espectáculos. Pero Richard (Gere) y Renée (Zellweger) no me lo parecían. Hice una labor de detective para llegar a ellos y fue sensacional, creo que fue un desafío para todos…”

“Me altera cuando la gente nos pregunta “¿Era Richard Gere quien bailó el tap?”. ¡Claro que era él! No fingimos nada. Ahí estaban sus pies. Estoy muy orgulloso de que no hubo dobles en la película…”

Por Hugo Lara Chávez

Investigador, escritor y cineasta, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Artes (2023). Egresado de la Licenciatura en Comunicación por la Universidad Iberoamericana. Ha producido el largometraje Ojos que no ven (2022), además de dirigir, escribir y producir el largometraje Cuando los hijos regresan (2017) y el cortometraje Cuatro minutos (2021). Fue productor de la serie televisiva La calle, el aula y la pantalla (2012), entre otros. Como autor y coautor ha publicado los libros Pancho Villa en el cine (2023), Zapata en el cine (2019) en calidad de coordinador, Dos amantes furtivos: cine y teatro mexicanos (2016), Ciudad de cine (2011), *Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-2011* (2011), Cine y revolución (2010) como editor, y Cine antropológico mexicano (2009). En el ámbito curatorial, fue curador de la exposición La Ciudad del Cine (2008) y co-curadór de Cine y Revolución presentada en el Antiguo Colegio de San Ildefonso (2010).En el ámbito periodístico, ha desarrollado crítica de cine, investigación y difusión cinematográfica en diferentes espacios. Desde 2002 dirige el portal de cine CorreCamara.com. Es votante invitado para The Golden Globes 2025.