Por Hugo Lara Chávez
Thunderbirds tiene el mismo código de barras de otras películas infantiles que mezclan la ciencia-ficción y el género fantástico, cuya fórmula narrativa se basa en buenas dosis de acción, efectos especiales y humor. Pero algo que la hace diferente a otras cintas del mismo estilo es que Thunderbirds, la película, ha sido alumbrada por una peculiar serie de televisión producida hace cuatro décadas y cuyos héroes eran unos muñecos de aspecto realista un tanto acartonados, que cobraban vida como criaturas poseídas mediante una técnica conocida como supermarionation, patentada por Gerry Anderson. He aquí una asociación que hace inevitable examinar ya las distancias o ya las cercanías entre aquella serie hecha con audacia y el filme que nos ocupa hecho bajo el esquema de una gran producción, que protagonizan Bill Paxton y el recio actor Ben Kingsley, en un papel que parece insospechado para su brillante curriculum.
Monigotes con historia
El cine desde siempre ha sido una especie de caníbal insaciable que se alimenta de cualquier cosa para poder existir: primero de la realidad, de la historia, de la literatura y el teatro; luego de otras artes, y en las últimas décadas, del cine mismo, de los comics y de las series de televisión. Thunderbirds la-película,pertenece a este último eslabón y por eso la comparación con Thunderbirds la-serie resulta una escala obligada.
Los Thunderbirds fue una serie realizada en Inglaterra entre 1964 y 1966 que, a saber, aún es venerada por un grupo de seguidores que se presume numeroso y que rinde culto a los 32 episodios que la constituyen. En cambio, en México llegó a retransmitirse varias veces hasta pasar casi a la clandestinidad, ahora recordada por los mayores de 30 años que tenían la insana costumbre de desmañanarse los sábados —el día que se transmitía— y el aún más insano vicio de prender la tele a esas horas. Thunderbirds, la-serie,tenía para su época los atributos de algo exótico por varias razones, especialmente por su hechura y sus contenidos: unos intrépidos títeres en emocionantes aventuras futuristas, con sofisticados gadgets y transportes asombrosos.
En Thunderbirds la-película, se recupera la premisa de la serie: un astronauta millonario y valeroso, Jeff Tracy (Paxton), que dedica su fortuna y su tiempo a proteger a la humanidad de formidables peligros y que, para ello, forma la agrupación Rescate Internacional, con la ayuda de sus cinco hijos varones, de una hermosa espía llamada Lady Penélope —que, dicho sea de paso, es sospechosamente daltónica porque solo viste de rosa— y de un arsenal tecnológico muy poderoso e inventivo, compuesto sobre todo por unas increíbles naves espaciales, aéreas, terrestres y acuáticas que se llaman, precisamente, Thunderbirds, controlados desde el cuartel secreto ubicado en la paradisíaca Isla Tracy. Pero a esta premisa se le han cambiado los conductores, pues en la cinta no aparecen los pequeños monigotes de la tele, que han sido suplantados por actores de carne y hueso. Y esta diferencia, la más importante de todas, es profunda y radical, pues las marionetas eran, junto a las fabulosas naves, el componente clave de la serie de televisión, de suerte que su ausencia supone una ruptura absoluta con respecto a su pariente cinematográfico. De esta forma, además de los actores ya mencionados, figura un grupo de jóvenes actores como Sophia Myles como Lady Penélope y Brady Corbet como Alan Tracy, entre otros.
Aventuras en familia
Thunderbirds, la película, es dirigida por el estadounidense Jonathan Frakes, quien se ha curtido en el género de ciencia-ficción, a partir de su aprendizaje en la serie televisiva Star Trek: The Next Generation y unas cuantas películas de la misma saga. Pero quizás sea el productor Tim Bevan quien más ha influido en trazar las metas de Thunderbirds como una película que aspira a convertirse en franquicia mundial, mediante un fuerte merchandise que incluya venta de juguetes, videojuegos, playeras y toda la mercadería que venga al caso.
Guiado con ese propósito, Bevan asegura —en el recorrido al que asistió Cinemanía por el set de filmación en Londres—, que el argumento de la película tiene la intención de destacar las relaciones familiares como un valor que se debe atesorar en los momentos difíciles de la vida. Es por eso que, dentro de la historia, las relaciones familiares son el motor que echan adelante las acciones en los puntos de giro narrativos. Basta un botón de ejemplo: Alan, el menor de los Tracy, no forma parte operativa de Rescate Internacional por su corta edad, y encima se encuentra en la encrucijada de la pubertad, sin sentirse niño ni tampoco adulto. O sea que se le cuecen las habas por ganarse su lugar entre los suyos. Y su conflicto se resuelve cuando le llega la hora de autoafirmarse, justo en el peligroso enfrentamiento contra el villanazo Aristotle Spode, The Hood (Kingsley).
Un futuro al estilo Steve McQueen
John Beard, responsable del diseño de la producción, explica el concepto visual que ha orientado a la película a través de algunas escenas bosquejadas, que muestran un gran despliegue de efectos especiales en medio de un Londres futurista, donde se mezclan los monumentos de esa histórica ciudad con formas extravagantes de inspiración retro, lo mismo en los transportes que en los edificios. Así también, la diseñadora de vestuario, Marit Allen, revela que su principal inspiración para este proyecto fue el legendario actor Steve McQueen, figura modélica de los años sesenta.
En una especie de reto de familia entre dos generaciones de afectos especiales y de efectos especiales, los productores confían en que Thunderbirds, la-película, se ganará por sus propios méritos un lugar entre el público, para ubicarse a un lado de Thunderbirds, la-serie, que ya lo tiene reservado desde hace años.
LA FRASE
Jeff Tracy: Salvar vidas es un negocio peligroso… eso es lo que hacemos
SINOPSIS
En una época del futuro, Jeff Tracy (Bill Paxton) comanda una organización llamada Rescate Internacional que protege a la humanidad de los peligros que se ciernen sobre ella. Junto a sus hijos Virgin, John, Gordon y Scott tripulan los Thunderbirds, es decir, las naves y los vehículos de rescate a su disposición —desde una estación espacial y cohetes de propulsión hasta submarinos — diseñados por su fiel colaborador Brains, un ingenioso científico. El menor de los hermanos, Alan, no ha sido incorporado a las misiones debido a su corta edad y por eso se encuentra en conflicto con su familia; sin embargo, su participación se vuelve inminente cuando el villano Aristotle Spode, The Hood, fragua un plan para deshacerse de los Tracy y cometer sin obstáculos sus malévolos planes.
Hay que verla porque…
Siempre esgrata la presencia de Sir Ben Kingsley, especialmente en una película como Thunderbirds y en el papel de un villano como The Hood, pues parece un desafío para este actor normalmente ligado a papeles serios, como en las inolvidables Gandhi (1982) y Sexy Beast (2000). Además, Thunderbirds puede servir para renovar el interés por la vieja serie de televisión, que valdría la pena rescatar del olvido para las generaciones más jóvenes.
Thunderbirds (Reino Unido, EUA, 2004). Director: Jonathan Frakes. Actores: Bill Paxton, Ben Kingsley, Brady Corbet, Anthony Edwards, Sophia Myles, Dominic Colenso, Ron Cook, Naomie Harris, Lex Shrapnel, Ben Torgeson, Philip Winchester

