«La Gomera» (Los silbadores) de Corneliu Poromboiu  (Rumanía). En competencia


Por Jean-Pierre Garcia
Desde Cannes, en exclusiva
 
El titulo original en Rumano es “La Gomera” y se trata de una de las Islas Canarias. Pero este nombre suena algo cercano a la Camora, la mafia siciliana. El titulo francés o internacional es “Les Siffleurs” (Los silbadores). Las dos posibilidades hablan de la historia desarrollada por el director, pero es el título rumano que se acerca más al tema y nos permite entrar directamente en el género principal : se trata de un filme « neo-noir ».

Cristi el protagonista principal, un policía rumano que llega al aeropuerto de la Gomera, esta isla de volcanes apagados con montes que se parecen a las murallas de una fortaleza antigua e invencible. Rápidamente nos damos cuenta que el viaje de este policía, alto y con cara casi inexpresiva, hombre impresionante de unos cincuenta años, nos va a hacer entrar en algo especial. Está en contacto con un grupo de mafiosos españoles pero se puede pensar que Cristi es un policía encubierto. Hasta que aparezca en el escenario la femme fatale del film noir, una muy linda actriz que (¿por casualidad ?) se llama Gilda. En este momento, podemos entender que vamos a ver una obra cuyo autor gusta jugar (y a su modo homenajear) con varios géneros y estilos de escritura cinematográfica.

Son muchas las referencias en este juego de la mentira y de la verdad o de verdades mentirosas. ¿Quiénes son los más malos, los más violentos y matones : los corruptos o los corruptores, los mafiosos o los que los roban? Lo seguro es que muchos de ellos andan hacia la muerte, sus destinos son tan ciertos como lo vemos en la historia de amor imposible (¿o no ?) de la película.

Es mejor no decir nada más si queremos no romper el hechizo de la trama. Lo encantador, lo original es que fueron los pueblos nativos de la Canarias y, en La Gomera, más precisamente quienes inventaron una lengua que funciona con silbados. Ciertos lingüistas dicen que fue lo que precedió a las lenguas habladas. De hecho, esto permitía a pueblos separados por valles muy grandes pedir auxilio o anunciar eventos a familiares cercanos pero alejados por montes y valles.

A Cristi le enseñan este lenguaje para que se comunique (sin que nadie lo sepa) con un grupo de mafiosos  cuando vuelva a Rumanía. Así ni la policía, ni otros malandrines, no pueden saber lo que se les ha de esconder.

Todo en “La Gomera” es casi siempre de doble sentido, manipulador y ambiguo, lo sismo el sentido del humor que participa en el tema. Los actores son espiados de modo permanente por cámaras escondidas, en la casa, en los lugares cercanos, en el jardín o la piscina.

En todo esto, es significativo que unas de las escenas clave del guión, estén filmadas en un estudio de cine cerrado en aquel momento. Las peleas transforman la película en algo parecido a un  vídeo-juego o por lo menos construyen una estética de este tipo.

Tenemos en “La Gomera” una obra aparentemente muy clásica, fácil de entender, muy seductora pero a la vez fascinante por su manejo del lenguaje cinematográfico, por su capacidad de disfrazar la realidad o las mentiras. Se disfrutó mucho este viaje a La Gomera  y sus silbadores.

Por Jean-Pierre Garcia

Jean-Pierre García es crítico e historiador de cine, fundó y dirigió el Festival Internacional de Cine de Amiens, Francia, de 1980 a 2011, que muestra cine del mundo entero y ha desarrollado un papel muy importante en lo que se refiere al apoyo a jóvenes directores de África, Asia y América Latina. Organizó varias retrospectivas y homenajes al cine mexicano y participó en el libro Luz, cámara, acción: cinefotógrafos mexicanos. En 1996, creó el Fondo de Apoyo a Desarrollo de Guiones del Festival de Amiens. Ha sido integrante y presidente de varios jurados internacionales en Europa, África, Asia y América Latina. Es experto en políticas de financiamiento y apoyos a cines del hemisferio sur.