Por Pedro Paunero
Rabiosamente independiente, “Out and About” (Peter Callahan, 2022) se sostiene sólo por una delgada línea argumental: la de un padre de edad madura, Jeff Fisher (interpretado por Peter Callahan, el mismo director de la película), que espera el mensaje de texto de su hija, en respuesta a su invitación de celebrar el 80 cumpleaños de su abuela, mientras se ha decidido por caminar, una tarde, por Hastings-on-Hudson, el pueblo donde creciera, y que se erige como un idílico suburbio de la enajenada Nueva York, que ha cambiado radicalmente desde que viviera ahí su juventud, mientras va encontrándose con los viejos vecinos y los nuevos -entre estos un “hipster” que maneja torpemente una podadora-, lo que lo mueve a reflexionar sobre su condición existencial actual.
Jeff, empleado en una editorial que todavía edita una revista impresa –“mi jefe es veinte años menor que yo”-, se siente fuera de lugar en este mundo tiranizado por las redes sociales y la Internet, y no logra hacerse entender al dictarle, mediante la voz, a la aplicación de mensajes de texto, sin dejar de andar por los hermosos como tranquilos senderos del lugar.
Nuestro protagonista se pregunta no sólo por la identidad de los vecinos recién llegados, sino cómo es que han logrado adquirir las mansiones tan elegantes que poseen, a la vez que no puede evitar -y nosotros con él-, una punzada de dolor y melancolía por el tiempo perdido, las oportunidades que se han escapado, y la sensación de inutilidad de su vida presente.
Durante su caminata, Jeff se topa con el esposo actual de su ex mujer, y no puede evitar una breve pero ríspida confrontación con ella, por la hija que no responde, después se cruza con el vecino indio y, al saludarlo, se ve obligado a meditar si no le ha parecido condescendiente, como hombre blanco, hetero y americano que es, y que trata de comportarse a la altura de su liberalismo -considera al hombre que ha colocado una enorme bandera estadounidense en la entrada de su casa (y que apenas gruñe un saludo), como a un sinvergüenza, refugiado en su patriotismo-, que no siempre le parece honesto al mismo Jeff, en paralelo al típico paranoico que le echa pelea sólo por mirar un poco la fachada de su casa, aún cuando nuestro paseante le explique que era la casa de su vecina -a quien espiaban, cuando adolescentes, cuando ella se cambiaba de ropa-, o el coqueteo con el cual debe luchar -para no parecer un acosador o un rabo verde-, al encontrarse con una linda chica de diecinueve años de edad, a quien entrenaba en algún deporte.
Políticamente incorrecta -pero no tanto-, para estos tiempos de blandenguería, “Out and About” es un trabajo honesto -no podemos evitar notar la envidia genuina de Callahan, debajo de su personaje, Fisher-, cuyo bajo presupuesto ha sido aprovechado al máximo. Su influencia del cuento “El nadador”, de John Cheever (y la película de 1968, “The Swimmer”, de Frank Perry y Sidney Pollack), autor retratista del “ser americano de los suburbios”, a quien se ha denominado como “el Chejov de los barrios residenciales”, es indudable, pero se sostiene por sí misma, debido a su ingenio creativo al retratar con pocas pinceladas -mediante diálogos o actitudes y, sobre todo, los pensamientos de Jeff, que escuchamos en voz alta-, a un grupo de caracteres humanos, como si de un moderno Teofrasto se tratara.
Hacía mucho tiempo que una película no me tocaba de forma tan profunda, debido a su honestidad, sencillez e inteligencia. Al final, tras ver esta pequeña obra de artesanía localista, nos quedamos con la nítida reflexión de Jeff:
“Hoy es el primer día del resto de tu vida. Te guste o no”.
Una de las mejores películas exhibidas en el “Festival Mundial de Cine de Veracruz 2023”.
Para sabe más:
«El nadador», hacia el cincuentenario de una película insólita” por Pedro Paunero.