Por Carolina Lainez
Desde Tlalpujahua
Desde los días en que un trío de chicos en la fría Inglaterra decidió bautizar su banda como Black Sabbath, tal y como el filme de Mario Bava, se gestó entre el cine y la música un matrimonino infernal y al parecer eterno, cifrado en aludir a la reunión de las brujas con el diablo, personalidades tan aclamadas en sus respectivos ámbitos. Resulta un ejemplo muy vivo de como el cine influyó en la música.
Como parte de las actividades que se llevan a cabo en el Festival Feratum, Alejandro Ramirez Flores, residente de la ciudad de Aguascalientes y subdirector del sitio web terrorifilo.com, estuvo hoy a cargo de la conferencia “El cine de terror y el heavy metal”.
Este nexo que se gestó en los años setenta puede verse aún hoy realizado de manera fructífera en proyectos como el nuevo disco como solista del director Rob Zombie el pasado abril.
Todo aficionado al terror debe tener en consideración que es importante conocer ese microcosmos, el ámbito en donde los monstruos y las composiciones fílmicas han creado subgéneros sónicos, atmósferas aún más densas pero melodiosas, gritos de dolor causados por el ataque de cuerdas y percusiones que parecen rebanar nuestros oídos como si se tratara de una motosierra.
Mediante la conferencia se buscó expresar un reconocimiento al cine de terror, porque el rock pesado no busca apropiarse de sus imágenes o contenido unicamente, busca crear una simbiosis caníbal, poder generar nueva sangre a través de otros medios que con el mismo esfuerzo y el mismo dolor puedan parir sustos utilizando referentes clásicos que, aunque mitad vivos mitad embrujados, merecen seguir perpetuandose
Algunas de las personalidades emblemáticas nombradas fueron:
Screaming Jay Hawkins, quien solía vestir cetro de calavera en mano, colores oscuros y peinados poco usuales, tuvo como éxito el maravilloso blues “I put a spell on you” una imagen referente al vudú totalmente.
Alice Cooper, que fue pionero del horror musical ante las masas por llevar una teatralidad grotesca a la escena musical, primero de forma grupal más tarde como solista, con actos bajo el influjo del LSD como el descuartizamiento de una gallina y más tarde simulando decapitarse, incursionó finalmente en algunas películas bajo la dirección de Tim Burton o Jhon Waters.
Ya a finales de los 70s cuando el heavy metal comienza a subdividirse, surgen un montón de subgéneros, sus respectivas bandas se dedican a hablar de temas variados entre los que destacan el horror y la violencia, y se hacen acompañar de portadas claramente alusivas al cine de terror. Un vivo ejemplo es la portada del disco de ántrax “Misery loves go” en referencia a la locura plasmada en la novela de Stephen King “Misery” llevada años después a la pantalla grande.
La banda Norteamericana Lizzy Borden, creó una portada inspirada en “The shining”, y la canción principal está completamente inspirada en el cine de terror que refleja el maestro Kubrick, además de retomar su nombre de la asesina inglesa Lizzie Borden, acusada de la muerte de su padre y madrastra.
Bandas como “Rigor mortis”, “Necrophagia”, “Mercyful Faite”, “Cancer”, o “Cannibal Corpse” realizan canciones con inspiraciones y atmosfera netamente terroríficas, transgreden el cuerpo de manera violenta o brutal, “Municipal Waste” y “Mortician” utiliza clips de audios de las películas de terror, incluyen además portadas que bien podrían ser excelentes posters de filmes.
El nombre de la banda “Children of Bodom” responde inicialmente al hecho de que en el lago Bodom un asesino serial, mató a varios chicos que acampaban ahí, el personaje de “Pinhead” ha contribuido en algunos discos, escenas de “El exorcista” o “Alucarda” son la más vistosas en sus playeras. Incluso ahora los músicos se dedican a dirigir películas tal es el caso de Rob Zombie y su filme estrella “La casa de los mil cuerpos“”
La influencia de George A. Romero es casi innumerable en el género musical, ya que el resto de las corrientes del heavy metal como el Death metal o el Black metal se dieron a la tarea de inspirarse en “The night of the Living Death” para las portadas de sus discos, ya fuese solicitando creaciones de zombies propias o bien retomando escenas de la película.
El arte de las portadas en el rock pesado se ha esforzado duramente por insistir en imágenes que provoquen miedo, asco, debilidad, violencia, brutalidad, y escenas sangrientas y llenas de vísceras. Médicos asesinos, tripas de juguete, títulos exorbitantes o personajes emblemáticos del cine de terror son ya, el recurso vital de éste género.
Y así como estos casos podemos nombrar una infinidad porque es en esencia el miedo a la muerte aquel que nos hace sentirnos más vivos, y eso tienen en común los ámbitos del cine, la música y la literatura, espacios en donde el terror encontró cálida acogida y decidió contagiarle a todo Tlalpujahua.
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