Por Carolina G.Guerrero
Noticine.com-CorreCamara.com

San Sebastián. Muchos de los fans de Alex de la Iglesia siguen considerando a “El día de la bestia” como su película nunca superada. Tras probar en otros registros de la comedia, el esperpento y la intriga, el cineasta vasco regresa al germen de aquella obra con “Las brujas de Zugarramurdi”, calurosamente aplaudida este domingo en el Festival de San Sebastián, donde se presentó fuera de concurso, dentro del homenaje a Carmen Maura, primer Premio Donostia de esta edición, acaparando la atención de una jornada en la que compitieron la cinta británica “Le week-end”, de Roger Mitchel, bien recibida, y la francesa “Mon ame par toi guerie”, de François Dupeyron, aún más aplaudida.

La desopilante propuesta de Alex de la Iglesia arranca de forma arrebatadora, con un chapucero robo a plena luz del día en una tienda de “Compro oro” en medio de la madrileña Puerta del Sol, narrado visualmente en un estilo propio de cualquier película de acción made-in-Hollywood, sólo que aquí los autores del golpe son un cristo plateado, con su niño, y un soldadito de plástico verde, o que es lo mismo, las “estatuas humanas” Hugo Silva y Mario Casas, dos víctimas de las mujeres que en su huída acabarán en manos de un akelarre de brujas vascas.

Carmen Maura recibió el primer Premio Donostia de esta edición

Comedia salvaje e iconoclasta, “Las brujas…” puede significar un éxito comercial importante para el autor de “La comunidad” y “Los crímenes de Oxford”, algo que -según contó a nuestros compañeros de Noticine.com- no deja de quitarle el sueño “cada noche”. Ya -y a pesar de la falta de referencias sobre el matriarcado vasco y otros chistes locales- gustó mucho en Toronto, y ahora sólo espera que con los mimbres que maneja, la taquilla responda.

“Para mi, Zugarramurdi es nuestro Salem, aunque allí en realidad no pasó nada interesante, no como aquí, donde las brujas contaban todos los ritos que realizaban y el vuelo de escobas desde las ventanas de sus cocinas, cuando después de colocarse con una brea hecha con sangre de sapo volaban por los aires”.

El director vasco afirma contundentemente que ha hecho esta película para entretener y no para contar grandes mensajes filosóficos. En la rueda de prensa donde asistió gran parte del elenco de la película, Alex dijo frases como: “Es una historia donde reina la guerra de sexos, y se ve lo tontos que podemos a llegar a ser los hombres, y lo malas que pueden llegar a ser las mujeres”. De la Iglesia asegura que él se ve así, débil, y manipulable ante una mujer, y no llega a entender nada.

La idea de la película surgió pensando en que pasaría si los pobres diablos sin recursos, se vieran envueltos en una escapada de estas características.

En esa misma rueda de prensa, Carmen Maura tuvo una breve oportunidad de referirse a su Premio Donostia, un galardón que se ha ido devaluando en los últimos años hasta el punto de que ya sólo se da a quien está de promoción con una película bajo el brazo, y no como antaño como real recompensa por una trayectoria, con una rueda de prensa extensa en la que se hable no de la última, sino de todas las cintas. Ha pasado este domingo con Maura, y volverá a pasar con Hugh Jackman, que sólo estará unas horas aquí y luego saldrá volando, en sentido propio y figurado, camino de Zurich donde le dan otro galardón semejante.

Sobre este Premio Donostia, Maura declaró estar muy contenta, y que le preocupó mucho decidir qué se pondría para tan importante acontecimiento. Agregó que sentía que tenía en su profesión mucha suerte, como si un ángel de la guarda la protegiera: “Hago todo tipo de papeles y da igual que me dejen hecha un asco, yo hago de todo. No me importa salir hecha un Cristo. Lo mismo valgo para un roto que para un descosido”.

La veterano actriz fue aplaudida por los periodistas cuando dijo respecto de su edad y experiencia que “la juventud no es una virtud, es una circunstancia”, y que ella asumía su edad y sus arrugas, y no pensaba en retoques ni arreglos estéticos. Los papeles favoritos de su carrera -dijo- han sido  “¡Ay Carmela!”, “La ley del deseo” y “La comunidad”.

“Alex me llamó para contarme en secreto que me iban a dar el premio Donostia, y yo le dije: ¿pero ese no se lo dan solo a las extranjeras?”, comentó Maura.

Respecto de las dos cintas de este domingo en la carrera por la Concha de Oro, “Le week-end” narra el fin de semana que pasan sus protagonistas en París, a donde vuelven muchos años después de su luna de miel, para celebrar el treinta aniversario de matrimonio. El director de “Nothing Hill” y “Venus” se reencuentra con el guionista de esta última, Hanif Kureishi, y de la mano de los actores Jim Broadbent, Lindsay Duncan y Jeff Goldblum regresa a la comedia romántica y nostálgica con veteranos de vuelta de todo, esta vez en un estilo Woody Allen, que ha gustado mucho en San Sebastián, tras estrenarse -como la de De la Iglesia- en Toronto.

Los protagonistas, Meg y Nik, son dos maduros profesores casi a punto de jubilarse, que en este momento están viviendo una crisis de pareja con conflictos de todo tipo, falta de comunicación, dependencia y reproches continuos de diversas índole, en un guion lleno de ingenio, agudos diálogos y gracia. Al llegar a París todo parece que aun va a resultar peor. El hotel donde tenían reserva (el mismo de su luna de miel) se ha convertido en un hotel sin encanto y carente de todo sentido, ha pasado mucho tiempo y el cambio es evidente, lo mismo que en ellos todo ha cambiado, y ya nada es como al principio.

Finalmente consiguen una suite a un precio desorbitado que no se pueden permitir, en uno de los hoteles más carismáticos de la capital francesa, lo mismo que muchas de las cenas que comparten por la ciudad del Sena en sus más emblemáticos restaurantes, en los que habrá situaciones divertidas debido al escapismo de la pareja ante la visión de las imposibles facturas a las que no se pueden enfrentar.

El encuentro casual con un amigo del pasado, interpretado por Jeff Goldblum, cambiará ese fin de semana y a ellos mismos, conduciéndoles a una catarsis en sus vidas y abriendo sus ojos y sus sentimientos a quiénes son realmente, y a la intensidad del amor o desamor que habita en su matrimonio.

La cinta ha sido aplaudida y ha dejado un muy buen sabor de boca. Es muy posible que alguno de sus protagonistas no se vaya de vacío en el palmarés de este año.

Por su parte, la francesa “Mon âme par toi guérie” (Mi alma por tí curada) tiene como personaje central a un hombre infeliz y lleno de problemas, cuya vida cambia cuando antes de morir su madre le transmite el don de la curación, algo que en principio rechaza, pero cuando surge la oportunidad de ponerlo en práctica obligado por las circunstancias, va a poner patas arriba su existencia. La de Dupeyron es junto con dos de las cuatro cintas de nacionalidad española en la carrera por la Concha que no se vieron antes en Toronto, lo cual en este caso no es demérito, ya que fue calurosamente aplaudida, por su mezcla de profundidad dramática y ligereza visual. En resumen: un día muy variado repleto de propuestas seductoras.

FOTO: Alex de la Iglesia, Carmen Maura. Foto: Montse Castillo