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El sector audiovisual cubano no suele caracterizarse por apuestas muy arriesgadas o por diversidad de géneros, pero el guionista y director Arturo Santana estrena, a esta misma semana, “Bailando con Margot”,  una producción cubana con una historia de detectives e influencias del cine neo noir. La película es la opera prima del realizador cubano, conocido más bien por sus cortometrajes de ámbito local y los videoclips. Según Santana, es una historia ambientada en la primera mitad del siglo XX y relata una historia de detectives “a la cubana”.

En conferencia de prensa, el director explicó que con este film pretende “devolver al cine todo lo que le ha dado” y mencionó sus referencias como el cine noir, que se desarrolló en Estados Unidos durante la década de los años cuarenta y cincuenta, y el cine mexicano de los años cuarenta. 

“Para mí esta película es un claro ejemplo del llamado neo noir, por la confluencia de géneros. Intenté hacer este tipo de cine por su rica visualidad, sus posibilidades dramatúrgicas, al tiempo que me preguntaba por qué la industria cubana prescinde de este tipo de cine, estéticamente tan elevado”, dijo Santana.

Para el realizador cubano, el cine negro renovado es “el constante cruce de géneros como el deportivo, el musical y el gangsteril en el film”.

“Bailando con Margot” comienza el 31 de diciembre de 1958, una fecha clave para los cubanos porque fue el último día en el poder de Fulgencio Batista y el primer día del triunfo de la Revolución cubana, liderada por Fidel Castro.

La historia se desemboca a partir del robo de una pintura en casa de una viuda de la alta sociedad habanera, interpretada por Mirtha Ibarra (“Fresa y Chocolate”). Un detective, Edwin Fernández, halla pistas que llevan la trama al pasado una y otra vez en busca de explicaciones.

Yenisse Soria y Niu Ventura completan el elenco junto a los dos protagonistas. Este film, cuenta con la música del compositor cubano Rembert Egües, quien también realizó la banda sonora de “Patakín”, uno de los primeros musicales del cine cubano y dos películas de animación, “Vampiros en La Habana”.

“Yo encontré en el trabajo del maestro la sintonía perfecta para cada escena de la película, la cual tiene la música que necesitaba”, comentó el director sobre la labor del músico.

Estuvo agradecido por trabajar con “personas de mucho talento y gran profesionalidad” como Ángel Alderete, que se encargó de la fotografía, Onelio Larralde en la dirección de arte, Daniel Diez Jr, en la edición y Santiago Llapur en la producción.

El director dijo que la película fue bien recibida por el público en el reciente Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano y que ahora todo dependía de los espectadores cubanos.

“Una película no acaba nunca, el hecho de que la gente vaya al cine, depende ahora de ustedes, de la industria, es responsabilidad de todos nosotros. Les ruego a todos por el destino de Bailando con Margot, que nos ayuden”, pidió Santana.

“Bailando con Margot” es una coproducción entre el estatal Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y la venezolana Fundación Villa del Cine. El film se estrenará en todas las salas nacionales y formará parte del programa que organiza ICAIC para celebrar su 57 aniversario el próximo 24 de marzo.

Esta innovadora película, de producción nacional, es una de las pocas, por no decir que una de las únicas, que mezcla géneros y usa métodos del cine neo noir.  “Juan de los Muertos”, película de zombies; el musical “Irremediablemente juntos” y “Omertá”, una película de gángsters son unos pocos ejemplos de cine de género en Cuba.