Carlos Bremer, uno de los empresarios más reconocidos en México que hace de juez en el programa Shark Tank México y que, según su biografía en redes sociales se define a sí mismo como un soldado de la educación y el deporte de México, una vez dijo:

“México necesita historias de éxito que nos inspiren y motiven para que lo que soñemos con ilusión y se realice con pasión se pueda lograr […] ‘Campeones’ transmite un México al que todos debemos aspirar en donde con disciplina, devoción y trabajo nos impulse a querer ser siempre lo mejor”

Y aunque “Campeones” se estrenó en 2018, hoy en día está más vigente que nunca cuando se trata de apostar por el fútbol mexicano ya sea en la cancha como todo un hincha, desde el bar, en las casas de apuesta, o con la familia desde el hogar.

“Campeones” relata cómo Jesús Ramírez, junto a los 21 jugadores de esa época, ganaron la Copa Mundial Sub-17 para México en 2005. Torneo que se llevó a cabo en Lima-Perú.

No obstante, más que narrar la historia desde la perspectiva de los partidos en la cancha, la película nos demuestra todas las dificultades que los muchachos y el entrenador se encontraron en el camino; nada más para poder tener esa oportunidad.

La importancia y vigencia del mensaje de esta película se debe a una muy simple pero poderosa razón: Esos muchachos nunca se rindieron.

Como lo demuestra la película, lo único que les sobró a todos durante su travesía fueron razones para renunciar, para no ir a una práctica, o para simplemente no dar el 100% porque eran otros los “elegidos”.

No obstante, ante la adversidad, estos jóvenes, ninguno mayor de 16 años, nunca perdieron el enfoque: Yo vine a ser campeón, y nadie me va a quitar esta oportunidad.

¿Y por qué resulta este tema tan vigente ahora?

La respuesta es simple, en la película, el mantra/grito de guerra de esos muchachos, y el mismo que llevó a los jugadores a ganar la copa 2005 fue: ¡Va por México!

Tristemente, cuando hablamos en la actualidad del grito de México, lo primero que se le viene a las personas a la mente es el grito homofóbico de la selección mexicana.

Y es importante destacar el cómo los medios de comunicación y especialmente la FIFA hacen referencia a este tema.

A los ojos de muchos, es el grito de la selección mexicana, no el grito de los hinchas de México, ni el grito de un grupo de fanáticos irrespetuosos; sino el grito de toda una selección, de todo un país.

Cada vez que ese grito despectivo se escucha en la cancha, más que mermar el espíritu del guardameta rival, estamos pisoteando los sueños de esos 11 jugadores que están en la cancha dándolo todo por la camiseta.

En la película podemos ver como David muchas veces estuvo al borde de su paciencia debido a todos los obstáculos que se le presentaban; y aunque estuvo a punto de golpear a sus propios compañeros de equipo, siempre se mantuvo fiel a su meta.

Lo mismo ocurre con Mario, en donde se presenta uno de los momentos más cruciales en la vida del jugador que, sin dinero suficiente para pagar el autobús, sólo parecía tener una opción, irse y sumergirse en la amargura y el arrepentimiento.

Pero Mario hizo lo que muchos no hubieran hecho, y sacando monedas de una fuente, pudo completar el monto que le faltaba para pagar ese pasaje que lo llevaría por el camino correcto hasta levantar la Copa Mundial Sub-17.

Como estos eventos, hay muchos más que Lourdes Deschamps nos muestra como si estuviésemos viviendo en primera fila junto a los muchachos antes de siquiera poder pisar la cancha en 2005.

Y el mensaje se mantiene, luchar por esa oportunidad única.

Por ello, como fanáticos del fútbol deberíamos tomar conciencia de los CAMPEONES, tanto en casa como en la cancha.

Es fácil dejarse cegar por la ira ante una mala decisión del árbitro; pero insultar al guardameta enemigo nunca debería ser una opción. Y cada vez que como país lo hacemos o lo permitimos; estamos socavando los sueños de esos muchachos que en la cancha lo están dando todo por la camiseta.

No se puede ser “Campeones” sin el apoyo de tu país, así que es hora de tomar conciencia y apoyar a nuestro equipo sin desprestigiar al otro.