Por Jean-Pierre Garcia
Desde Cannes (exclusiva)
“La Jeune Femme à L’aiguille” (“Pigen med nålen” / “La mujer con la aguja”, 2024) de Magnus von Horn (Dinamarca), película en competencia en este festival, está ambientada en Copenhague (Dinamarca), durante la Primera Guerra Mundial. Carolina, una joven mujer cuyo esposo desapareció durante los combates, se gana la vida armando pantalones para los militares. Su trabajo mal pagado es demasiado duro y no logra pagar la renta de su casa.
Pide ayuda y el director de la fábrica pretende no poder hacer nada por ayudarla mientras no encuentren el cuerpo o establezcan la muerte de su marido. Nada pasa, pero el director la espera un día cerca de su departamento. Y se vuelven amantes. Rápidamente queda embarazada y deben casarse. La madre y dueña de la fábrica no quiere que se casen. No desea tener una obrera como nuera…
El inicio de la película nos sumerge en un melodrama social muy duro en un país de frío total. La atmósfera de la ciudad es de un blanco y negro escalofriante. Así es también la atmósfera de la película. A Magnus van Horn le gustan las calles con neblina y poca luz. Quiere encerrarnos en los estereotipos de una clase media religiosa y buena en apariencia.
La película, en aquel momento muy miserabilista, pierde totalmente la trama de la historia y entramos en el universo manipulador de una asesina en serie femenina.
Dagmar, una señora muy agradable, da una mano cuando Carolina trata de abortar. Le propone guardar al bebé y ella la ayudará a tener una buena vida dándoselo a una pareja generosa y rica.
Ahí empieza la pesadilla de Carolina. Ella entra en el terrible universo de la violencia física contra los bebés abandonados.
Dagmar quiere tanto a los huérfanos que hace todo lo posible para que tengan un futuro sin problemas.
La idea puede parecer original aunque se base en hechos reales. De hecho, todo esto suena muy mal y nos quedamos sin apetito ni interés.