*Develan placa en el Salón Cinematográfico Fósforo.


Por Leticia Carrillo


Lucía Guzmán y Alicia Reyes, nietas de Martín Luis Guzmán y Alfonso Reyes, respectivamente, develaron la placa del Salón Cinematográfico Fósforo que debe su nombre al pseudónimo utilizado por ambos intelectuales mexicanos para escribir las primeras críticas cinematográficas en Latinoamérica que se publicaron en el semanario España, dirigido por José Ortega y Gasset.


Lo anterior ocurrió la tarde del martes 25 de agosto en las instalaciones de la Filmoteca de la UNAM en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Previamente se había develado una placa más, esta vez correspondiente al inmueble universitario y que cuenta con una cita de Alfonso Reyes, a quien se recordó en su 50 aniversario luctuoso y a 120 años de su natalicio.


El investigador Miguel Ángel Castro destacó la “admiración y visión que Fósforo tenía sobre lo que el cine podía aportar y en lo que podía convertirse”. Asimismo, recordó que al igual que Antonio López Velarde, Luis Urbina y Amado Nervo, tanto Martín Luis Guzmán como Alfonso Reyes, fueron admiradores y se dieron cuenta de la enorme trascendencia de Charles Chaplin, “la primera gran figura del cine” de quien escribieron:


“Héroe impertinente de la risa, su recuerdo se asocia a dos o tres gestos fundamentales: un saludo, un golpe y un salto. Chaplin ha logrado [con Charlot, su personaje más emblemático] una de las invenciones más sutiles…emblema de la sensibilidad popular de nuestro tiempo”.


Castro relató que cuando Guzmán y Reyes iniciaron su carrera como críticos cinematográficos tenían “24 ó 25 años y ya eran dueños de una prosa notable” Y subrayó que para los escritores el cine tenía mas similitudes con la novela que con el teatro “porque tiene la capacidad de reconstruir con el mayor grado de realismo posible, distintos ambientes y épocas”.


Por su parte, Felipe Garrido resaltó la importancia de leer las “crónicas cinematográficas” de Fósforo, porque a partir de ellas se puede reflexionar sobre “lo que pasaba en México” ya que estos textos fueron escritos por dos mexicanos que a causa de la Revolución estaban “a pesar de ellos” en el extranjero: “es interesante ver su percepción sobre el cine mexicano” afirmó el escritor.


Ante la preguntas de si las invitadas habían asistido al cine con sus ilustres abuelos, Alicia Reyes respondió que ella iba regularmente al Cine Lido con el poeta y contó que para el Regiomontano Universal “no había película mala porque todas tenían un claroscuro que valía la pena, él era una apasionado auténtico del cine”.


En tanto, Lucía Guzmán mencionó que ella conoció el cine a través de su abuela Ana [West], esposa de Martín Luis Guzmán: “fuimos a todos los cines, a las películas que fueran, a eso nos acostumbraron”, contó la también académica de la UNAM.


Al final de la reunión, Carmen Carrara, Coordinadora de la Casa del Cine, expresó el proyecto de “dignificar, publicitar y poner en la mira de los cinéfilos” el Salón Cinematográfico Fósforo, que “tiene mucha trayectoria, al igual que la Filmoteca”, que en su momento, cuando era la Preparatoria número 1 de la UNAM, contó entre sus alumnos al autor de La sombra del caudillo.