Cinecrítica: “Hesher”, retrato de la América deslavada

Por Leticia Carrillo

“Hesher” (Estados Unidos, 2010) del debutante Spencer Susser —también coguionista de la historia junto con David Michod— aporta una particular reflexión sobre la superación del duelo a través de la valoración de lo que se conserva sobre lo que se pierde, enfrentando a la vida en vez de evadirla y cerrando ciclos.

TJ (Devin Brochu; “In the valley of Elah”) es un adolescente empeñado en recuperar el coche en el que viajaba con sus papás y en el que murió su mamá tras chocar con otro auto. En TJ se conjugan la determinación para lograr su objetivo con  la soledad, tristeza y fragilidad características de un niño abandonado. Así, mientras regresa a tomar clases en la escuela donde es molestado por el bribón Dustin, él y su deprimido y “empastillado” padre, Paul (Rainn Wilson;Juno) pasan una temporada en la casa de su solícita abuela (Piper Laurie; Carrie).

La cotidianeidad de la familia será interrumpida abruptamente por Hesher, un personaje sui generis a quien TJ “conoce” por accidente. Hesher (Joseph Gordon Levitt, “The Dark Knight Rises”), es un metalero desaliñado, rudo, impulsivo, de actuar y pensar libre y desprejuiciado, que va por el mundo con el torso descubierto mostrando —como respuesta a todo y  todos— su tatuaje casero de una mano con el dedo medio levantado, y enarbolando una moral básica, “primitiva” si se le quiere llamar, pero con gran sustento lógico.

Hesher se instala en la casa de la abuela de TJ para alegría de ésta y la  sorpresa, pasmo e incapacidad para oponerse del muchacho y su papá. La abuela y el recién llegado se hacen amigos, Hesher le pide a TJ que le dedique más tiempo a la anciana pero el joven y su papá no responden pues están ensimismados y aislados en su propio dolor.

Hesher atestigua, sin lástima, la penosa etapa que atraviesan cada uno de los integrantes de la familia. El tipo, que participa de las pláticas y discusiones en la casa, se convierte en una especie de consciencia del grupo y un ángel/demonio que acompaña a TJ en sus peleas con Dustin y en los encuentros con su primer amor, la cajera del supermercado local Nicole (Natalie Portman).

Con humor, de forma sutil, y a través de lo que en primaria instancia pudiera parecer el absurdo y referencias grotescas (la posible violación a la abuela, el despertar del deseo sexual de TJ, la pérdida del testículo de Hesher), en el discurso de la película se inserta una ácida crítica a la sociedad occidental contemporánea que niega sus pulsiones, “civiliza” y norma las formas de violencia y de hacer frente al dolor, está limitada por el concepto de propiedad y privilegia la individualidad sobre el interés por el otro.

La América que vemos en Hesher no es aquella idealizada, triunfal, feliz, próspera, aséptica y muchas veces superficial, que continuamente se ve en los “blockbusters” hollywoodenses. La realidad retratada por la lente de Morgan Pierre Sussy es una deslavada, de colores crudos, que refleja un entorno empobrecido, donde habitan sujetos anónimos, derrotados pero de profunda dignidad y emociones complejas, que pelean entre sí por las sobras, tangibles e intangibles, de ese mundo perfecto que desechan las grandes urbes.
 
Destaca en el filme la sensibilidad de su director para mostrar ciertos momentos sublimes surgidos en ese ambiente hostil y de la comunión entre personajes, como en el catártico final; en la escena en que TJ espía a Nicole teniendo como fondo musical el clásico Till the end of time, o cuando ella –la siempre hermosa Portman, aún con look de chica pobre de lentes enormes- le dice sollozando al chico: “Siento que si muriera, nadie lo notaría” y él le responde: “Yo lo notaría. Si murieras ahora, yo lo notaría”.
 
Exceptuando la desenfadada pero convincente interpretación del ícono del cine indie estadounidense contemporáneo Joseph Gordon Levitt, el reparto se mantiene en el mismo tono cabizbajo, aunque cada actor aporta un matiz al conjunto: la abuela, generosidad; el padre, desilusión; TJ, inocencia; Nicole, fragilidad.

Como datos curiosos, “Hesher” cuenta en su banda sonora con canciones de Metallica y Motorhead y entre sus productores se encuentra a la ganadora del Oscar por “Black Swan”.

DIRECTOR: Spencer Susser. GUIÓN: David Michôd, Spencer Susser (Historia: Brian Charles Frank). MÚSICA: Frank Tetaz. FOTOGRAFÍA: Morgan Susser. REPARTO: Joseph Gordon-Levitt, Natalie Portman, Rainn Wilson, Piper Laurie, John Carroll Lynch, Audrey Wasilewski, Frank Collison, Devin Brochu, Lyle Kanouse, Paul Bates. AÑO 2010.