Por Ali López

El Festival Internacional de Cine Judío en México (FICJM) inauguró su edición número catorce con la proyección de la cinta “Las dos Jerusalén” (East Jerusalem/West Jerusalem| Henrique Cymerman-Erez Miller|Israel|2014), documental sobre la grabación del álbum homónimo del músico David Broza, quién estuvo presente en el evento. Dicho álbum tiene la peculiaridad de ser grabado por músicos israelís en la zona árabe de la ciudad; esto, en la búsqueda de la unificación artística y cultural que permita una forma de vida más pacífica y humana para la región.

La música es el principal motivo del suceso, y de la película, por lo mismo, los números musicales (en un estudio de grabación sin ser demasiado vistosos) cobran gran importancia. El mensaje político, social y artístico que todo el filme plantea se concentra, en su gran mayoría, en las letras de las canciones de Broza. Por lo mismo, la condición técnica en la grabación de las piezas debería ser perfecta; y lo es. Uno se siente inmerso en aquel estudio y la camaradería de los músicos, en el mundo interno de la música, su candor, su alma y su alegría.

Pero la cinta no es un detrás de cámaras sobre el disco, es un documental que retrata un momento cultural intenso. No es fácil que esta relación entre palestinos, refugiados, americanos e israelís se dé; pero aquí ocurre, y no sólo es gracias a la música, sino al sentido, conciencia e historia política de los implicados. La contextualización, en sus propias experiencias y voces, hace más redondo lo filmado; pues así el sentido propio de la música cobra una mayor importancia. Hay voces que merecen ser escuchadas, y que no sólo pretenden hablar por medio del canto o los instrumentos, sino de las crisis y carencias humanitarias que han hecho de ellos los artistas que son. Aquí es inevitable el sobrecogimiento de los sentimientos, la vinculación humana con los rostros que vemos, y la insoportable pesadez de la impotencia ante lo sucedió en nuestro planeta.

“East Jerusalem/West Jerusalem” es un filme que en su cerca geográfica abre el debate, pues lo que ahí sucede no les es exclusivo; por desgracia. Un filme imprescindible, que presenta otro aspecto de la guerra, una más positivo sí, pero también el de cambio y la resistencia ¿Qué hacemos nosotros para que las cosas no continúen de cierta manera? Es la pregunta constante del documental, y poder contestarla, o no, causa un revoltijo de conciencia. El filme pega, y pega fuerte, y eso es lo que lo hace vital, pues demuestra que no hay más que el arte para sacudir las ideas.