Por Rolando Gallego    
EscribiendoCine-CorreCamara.com

Renegar con el inevitable subgenero de películas enmarcadas en “chicaconocechico”, es quedarse en el siglo pasado esperando un cambio que muta y suma adeptos, como en el caso de “After: Aquí empieza todo / After” (2019), adaptación del bestseller del mismo nombre y que fue un fenómeno de ventas especialmente entre las adolescentes.

Centrada en Tessa (Josephine Langford), una niña en la que su madre (Selma Blair) y su novio de toda la vida (Dylan Arnold) han depositado un sinfín de expectativas, la historia cambia cuando ella ingresa a la vida universitaria. Rápidamente el film tomará recursos de varias historias del estilo en las que la transformación de la protagonista se debe a la llegada de un otro (Hero Fiennes Tiffin) que la deslumbrará por contraste.

El crush rápidamente se convertirá en posibilidad y mientras Tessa comienza a descubrirse como ser deseante, un oscuro secreto de Hardin (Fiennes Tiffin) hará mella en la pareja, que deberá afrontar algunos contratiempos para poder volver a estar juntos, incluyendo la obsesiva mirada de la madre de Tessa que desconfía de todos, incluyendo de su hija.

Jenny Gage (“All This Panic”) adapta literalmente la historia de Anna Todd, potenciando el misterio de Hardin y la inocencia de Tessa, pero suma algunos aditamentos que hasta ahora el cine romántico teen aún no había transitado, como la posibilidad del sexo seguro, la pasión y relaciones sexuales. Si bien aquí el acto sexual propiamente dicho no se muestra, escenas de masturbación, juegos entre los protagonistas, y hasta la decisión de incluir en la previa del debut de Tessa un preservativo, hacen que su inocente espíritu de drama romántico pueda dejar de lado la aséptica concepción que hasta el momento este tipo de films tiene sobre el sexo.

Hay convenciones, claro, como la exagerada utilización de recursos musicales para avanzar escenas claves y generar emociones, o en el exceso de la utilización de cámaras lentas y ralentíes para subrayar momentos de conexión y contacto entre los protagonistas, pero también hay un interés por despegarse de series anodinas de los sistemas de streaming que han favorecido lo visual por sobre la temática.

Y en ese buscar algo diferente, Jenny Gage decide profundizar más en los personajes, ofreciendo un relieve que escapa a la unidimensionalidad con la que generalmente se presenta a los personajes, y aún en la decisión de, por ejemplo, vestirlo a él con ropa oscura para darle mayor sentido a su “rebeldía”, y a ella con ropa en tonalidades claras y colores pastel, se permite anclar aún más los conflictos convirtiendo a “After: Aquí empieza todo” en el film ideal para un público adolescente y fanático de la saga literaria.