Por Gustavo Ambrosio

El bombardeo neo hedonista y del éxito en la sociedad occidental ha vendido como pan caliente una idea cimentada en el ego individualista, el deseo de ser “Diferente a los demás” en medio de lo que parece ser un mar de patrones cortados y guiados por medios y empresas.

El terror de padecer las convenciones sociales, las charlas sobre el clima, de lidiar con menús y catálogos, de vestirse con la etiqueta políticamente correcta, de demostrar una sonrisa aún cuando no haya por qué hacerlo, de ser un cartón animado que se mueve por las calles en un ciclo que exige una producción laboral cuyo fin es…la nada.

Charlie Kauffman vuelve a firmar una obra maestra, acompañado de Duke Johson, en un estilo stop motion donde aborde una pieza existencialista y las relaciones humanas.

La historia narra cómo un famoso motivador profesional acude a un hotel para dar una conferencia en medio de un azaroso momento monótono de su vida, sin embargo, en medio de una noche llena de alcohol conoce a una chica cuya voz lo saca de su estado catatónico y está dispuesto a ser feliz con ella.

Se podría decir que el filme tiene en sí tres personajes, Michael, el protagonista hastiado de su vida al más puro estilo Chejoviano; Lisa, la joven aparentemente distinta y los otros, un coro punteado por la voz cascada de Tom Noonan que uniforma a los demás personajes de un aura gris que aísla a los otros dos.

Con un humor corrosivo y cínico, la historia se va tejiendo en dos líneas narrativas, una, el presente aplanado de Michael y sus alucinaciones e ilusiones que resultan patéticas y proyectadas de su propia vida. Sus miedos son él mismo y su cordura.

La palabra anomalía impregna con su significado cada parte del filme, extravagante y único, y recupera con gran acierto escenas de “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos” y las inserta de tal forma que hacen una conexión inmediata con aquellos quienes están familiarizados con el mundo crispado de Kauffman.

Al terminar de ver la cinta, una sensación de amarga y dura lección se inserta en el estómago. Kauffman se ríe de sí mismo y de todos aquellos que buscan en lo “Diferente” la salvación de su snob y grisácea vida. Al final,  las anomalías pueden ser bellas pero el bombardeo individualista aderezado con las convenciones sociales acaba por dejarte como un objeto inanimado y con la imposibilidad de aceptar aquellas diferencias que tanto anhelabas.

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AnomalisaDirección: Johnson, Duke | Kaufman, Charlie. Guión: Kaufman, Charlie País: Estados Unidos Producción: Johnson, Duke | Kaufman, Charlie | Stamatopoulos, Dino | Tran, Rosa Compañía Productora: Inc | Snoot Entertainment | Starburns Industries Fotografía: Passarelli, Joe Edición: Elkins, Garret Sonido: Aud, Chris | Glascock, Aaron Música: Burwell, Carter Reparto: Jason Leigh, Jennifer | Noonan, Tom | Thewlis, David Dirección de Arte: Joyce, John | Vu, Huy

Por Hugo Lara Chávez

Cineasta e investigador. Licenciado en comunicación por la Universidad Iberoamericana. Director-guionista del largometraje Cuando los hijos regresan (2017). Productor del largometraje Ojos que no ven (2022), entre otros. Director del portal Correcamara.com y autor de los libros “Pancho Villa en el cine” (2023) y “Zapata en el cine” (2019), ambos con Eduardo de la Vega Alfaro; “Dos amantes furtivos. Cine y teatro mexicanos” (coordinador) (2015), “Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-201” (2011) con Elisa Lozano, “Ciudad de cine” (2010) y"Una ciudad inventada por el cine (2006), entre otros.