Por Georgina Espinosa Gaubeca
“Ayotzinapa: crónica de un crimen de Estado” (2014) es un documental escrito y dirigido por Xavier Robles. Es un registro de valor nacional, pues contribuye con la labor de no permitir que la desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa quede en el olvido. En este trabajo Robles presenta un testimonio cronológico sobre los sucesos violentos del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Guerrero, junto con un contexto que permite comprender tanto lo ocurrido como sus causas y repercusiones.
Éste es su tercer documental como director, pues Xavier Robles es conocido principalmente por su trabajo como guionista. Fácilmente tiene 30 guiones filmados; el más conocido es “Rojo amanecer” (1989), cinta sobre la Matanza de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968, dirigida por Jorge Fons.
“Ayotzinapa: crónica de un crimen de Estado” (2014) recopila momentos importantes como las movilizaciones en la Ciudad de México y las ceremonias y memoriales que se realizaron en distintos municipios de Guerrero. Es muy informativo e incluso útil para adquirir una noción clara y redonda sobre la tragedia ocurrida en Ayotzinapa, y para entender el panorama político y social mexicano actual. Sin embargo, la emotividad se hace presente a través de música, poesía y testimonios íntimos.
Cabe decir que este trabajo documental es también un elemento de denuncia contra el Estado, contra un gobierno injusto, violento, represor y corrupto; una denuncia en manos de un realizador mexicano que ha destacado por involucrarse con la lucha social.
El documental está estructurado de manera lineal e intercala entrevistas e imágenes (fijas y en movimiento) de las movilizaciones en Guerrero y en la Ciudad de México.
Omar y José son dos estudiantes que vivieron las persecuciones y balaceras de policías y autoridades locales y estatales, son dos estudiantes que vieron a sus compañeros atemorizados, heridos y muertos; que sobrevivieron a la captura y desaparición y que ahora ofrecen un testimonio muy estremecedor de primera mano.
Es destacable la entrevista a Luis Hernández Navarro, investigador, analista político y periodista de “La Jornada”, quien realiza un análisis puntual y muy lúcido. Su conocimiento histórico no sólo ofrece una opinión informada, sino que plantea un panorama sumamente apegado a la realidad.
Hay imágenes y testimonios de las familias de los desaparecidos, quienes más han sufrido la pérdida de sus hijos, víctimas de un engranaje político vinculado con el narcotráfico.
Al inicio, el documental explica lo que las escuelas normales rurales significan para las familias del campo: una esperanza de movilidad social. Posteriormente se narra cómo es que la policía persigue y abre fuego contra estudiantes normalistas durante la madrugada del 27 de septiembre. El documental habla del narcotráfico como una industria profundamente ligada a la matanza de Ayotzinapa y al gobierno corrompido por esta economía criminal tan grande, cuya producción mayoritaria recae en Guerrero. Se habla también de la policía comunitaria y autónoma; se mencionan los escándalos sobre el grave conflicto de intereses con respecto a las propiedades multimillonarias del presidente y de su mujer; y se nombran los diversos relatos inverosímiles sobre la desaparición de los estudiantes. Finalmente, se muestra que las dimensiones de la tragedia han llegado a oídos internacionales y a terrenos del arte.
Este documental se realizó en 2014, en pleno calor político y, hoy día, a casi un año de las violentas desapariciones de los estudiantes, este trabajo levanta la voz para recordar que la crisis política no ha sido resuelta y que el problema de impunidad prevalece; cuestiones graves que, como bien apunta el documental, no se solucionan con la renuncia de funcionarios ni con la indemnización de las familias de los estudiantes.
Habrá que ver este documental para que el espíritu de lucha no se apague a pesar del paso del tiempo y del interés del gobierno en minimizar y sepultar en el pasado uno de los crímenes más violentos, por parte del Estado, de la historia de México. Se exhibe esta semana en la Cineteca Nacional y se proyectará en distintas salas y foros.