Por Alejandro Chacón
Noticine.com-CorreCamara.com

Corría el año 2008, y la compañía Marvel se aventuraba a estrenar su primera película como productora de cine, “Ironman”. Desde entonces han pasado varios años, y parece ser que Kevin Feige y compañía han madurado su estilo desde entonces hasta llegar a “Capitán América y el soldado del invierno (Captain America: Winter Soldier”), que se estrena esta semana en Argentina, España, Chile y México. ¿Significa eso que estamos ante una película perfecta? No, pero tampoco se le exige.  Lo que sí es seguro es que sus virtudes superan sus defectos, convirtiéndola en la cinta más redonda del estudio desde “Los vengadores (The Avengers”).

La ventaja con la que cuenta esta secuela respecto a “Capitán América: el primer vengador (Captain America: The First Avenger”, 2011), es que el personaje está más que presentado, no en vano esta es su tercera aparición en la pantalla grande, sin contar cierto cameo. De esta manera, Steve Rogers se nos presenta como un hombre fuera de su tiempo que sigue adaptándose al siglo XXI; en este caso algo más trabajado que en “Los vengadores”, algo que se agradece. La nostalgia por tiempos pasados está presente durante todo el metraje, algo que sirve como recurso para hacer recordatorio de la cinta anterior a través de fotografías, una exposición dedicada al Capitán, o la aparición de cierto personaje importante en la vida de Rogers que da pie a una escena de gran emotividad. Chris Evans parece haber asimilado completamente su personaje y podemos ver a un Capitán más experimentado y más parecido al de los cómics que en los dos precedentes.

Los directores de esta nueva aventura, los hermanos Russo, junto con los guionistas, han creado una historia con un tono completamente distinto al de la primera parte. Un gran acierto por parte de Marvel el explorar distintos géneros en sus franquicias, sin descuidar sus señas de identidad: entretenimiento, humor —muy bien trabajado en este caso y medido al milímetro— y dosis de acción. De esta manera el guión navega por el thriller político y el cine de acción más clásico, ya que se ha optado por los efectos físicos, dejando el CGI únicamente para momentos donde es imprescindible, sin saturar en ningún caso. Pero donde La Casa de las Ideas cumple con nota es en la cohesión de su universo cinematográfico. Así, encontramos numerosos guiños a los largometrajes anteriores, y algún comentario sobre posibles personajes futuros. Estos detalles gustan a los fans y demuestran que Marvel trabaja en equipo.

Otro de los puntos a favor es que en esta ocasión el Capitán no está solo. Si en los precedentes algunos han criticado que los héroes no aguantan el tipo si no es cuando se trabajan como grupo, aquí se ha optado porque una serie de personajes que acompañen al protagonista. A la causa del primer vengador se une la Viuda Negra, una Scarlett Johansson que ha conseguido mejorar su personaje, acercándole más al representado en las viñetas y con mucho más protagonismo que en apariciones anteriores. Lo único que chirría es un flirteo que se produce entre Rogers y Romanoff, que no se justifica en ningún sentido. También gana más protagonismo Samuel L. Jackson con su Nick Fury, con el que parece encontrarse como pez en el agua.

El gran descubrimiento de la película es Anthony Mackie, que interpreta a Halcón, el nuevo compañero de fatigas del Capitán, que resulta un complemento perfecto y que es de esperar que tenga más participación en el futuro dentro del universo Marvel. En el otro extremo se sitúa Sebastian Stan como el antagonista. Si bien su caracterización está muy conseguida, su interpretación se ve lastrada al no tener apenas diálogo, aun así no deja de ser interesantes su personaje. Por último encontramos a Robert Redford, que era uno de los grandes reclamos del film. Su trabajo es correcto, pero el guion tampoco le permite lucirse y no goza de mucho tiempo en pantalla.

Donde “Capitán América y el soldado de invierno” aprueba con nota es en las escenas de acción. Los realizadores nos muestran perfectamente los combates de manera muy espectacular y la forma de moverse de Rogers ha mejorado muchísimo, en este caso si da la sensación de que estamos viendo al auténtico supersoldado. La inclusión de la política en una cinta Marvel ha sido muy acertada y gana un trasfondo que nunca se había visto hasta ahora en su universo. Incluso parece que se empieza a sembrar el inicio de la saga “Civil war”, aunque solo sea por deducción. El resultado es la historia más adulta creada por el estudio, pero sin perder la perspectiva del género en el que se encuentra. No es el Batman de Nolan y se agradece.

“Capitán América y el soldado de invierno” no decepciona, es posiblemente el largometraje más sólido de la compañía comiquera y una esperanza para las nuevas adaptaciones futuras. Como es tradición, hay que esperar durante los créditos, ya que esta ocasión hay dos escenas adicionales, la última no aporta mucho pero la anterior va a ser muy celebrada por los seguidores más acérrimos.