Por Miguel Ravelo

A finales de 2024, “Corina”, ópera prima de la realizadora jalisciense Urzula Barba Hopfner, comenzó una exitosa travesía por algunos de los más importantes festivales de cine de nuestro país. Fue seleccionada dentro del Festival Internacional de Cine de Morelia y el Festival Internacional de Cine de Los Cabos, y además se hizo acreedora del premio “Hecho en Jalisco”, del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, el Premio de la Prensa en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato, y los premios al Mejor Largometraje, Mejor Actriz de Ficción, Mejor Director de Ficción y Mejor Guion, dentro de la doceava edición de la Gran Fiesta del Cine Mexicano, celebrada en Jalisco.

Pero, ¿quién es Corina?

Guadalajara, año 2000. Corina (Naian González Norvind) es una joven veinteañera que sufre de agorafobia y quien, durante toda su vida, solo ha recorrido los 200 m2 que supone la cuadra en donde se encuentra su casa. Todas las mañanas, tras su ritual de salida al exterior, visita su cafetería de confianza, pide un café, y de ahí camina unos pasos a su trabajo, en una editorial en donde se desempeña como correctora de estilo. Corina vive con su madre, Renée (Carolina Politi), quien a su vez jamás sale de su casa por el terror que le provoca el exterior. Ambas llevan una muy buena relación y han aprendido a entenderse y apoyarse una a la otra dentro de las complicaciones a las que las enfrenta su respectivo miedo a los espacios abiertos.

Corina es una joven apasionada de las letras; su tiempo en casa lo dedica a la lectura de los cientos de libros que heredó de su padre, y en el trabajo realiza la corrección de estilo de piezas como el Libro Vaquero Erótico, una tarea seguramente muy por debajo de los talentos de la joven, pero suficiente para que no tenga que convivir con ninguna persona del lugar. Corina llega a su computadora, colocada en una bodega de la editorial, hace su trabajo y, al final del día, vuelve a su casa, sin necesidad de convivir con ninguna otra persona.

Uno de los principales retos que la película presentaba era el establecimiento de un personaje como Corina, en quien recaerá todo el peso de la historia. El guion desarrolla su padecimiento de forma accesible, además de construir, desde sus primeras secuencias, a un personaje atractivo e interesante. Y si algo requiere un personaje bien escrito, es un actor que esté a la altura, y Naian González Norvind se apropia del protagónico y entrega uno de sus trabajos más destacados. La actriz entiende y se hace una con Corina; sabe que es una mujer con un problema, pero con una gran riqueza y fortaleza interior, construidas en el mundo que ella creó para protegerse de los peligros del exterior. Corina sufre de agorafobia, pero ni el guion ni la actriz la tratan como un personaje débil, detalle en donde la película encuentra fuerza y consigue construir la conexión que el público logra con el personaje.

Una vez ubicado a nuestra protagonista, llega el momento de la aventura. Para Corina, poner un pie más allá de la banqueta que limita su cuadra sería ya una empresa impensable; pero quiere el destino –y las imprudentes intervenciones de Renée-, que Corina se vea envuelta en un grave problema que significaría la pérdida de su trabajo, de su forma de vida y hasta supondría demandas millonarias para ella y la editorial en la que trabaja. Es entonces cuando la vida pone frente a Corina una encrucijada ineludible: no actuar y perder todo lo que conoce, o salir al mundo para intentar hacerle frente y, en el camino, descubrir su propia fuerza y conocer de lo que es capaz.

Corina, muy a su pesar, estará acompañada de Carlos (Cristo Fernández), empleado de la cafetería que la joven visita diariamente y con quien enfrentará su miedo al contacto con otras personas. El guion desarrolla la forma en que Corina afronta situaciones paralizantes mientras entiende que los problemas tienen consecuencias reales y deben ser enfrentados, sin recurrir a los escondites que fue construyendo a lo largo de su vida. Si bien el trabajo de González Norvind y el desarrollo de su personaje se mantienen a la altura, se habría agradecido que el guion dotara de mayor profundidad a los personajes secundarios, que resultan algo superficiales. Afortunadamente, la historia es lo suficientemente atractiva para mantenernos interesados en Corina y su aventura, apoyada de una destacable edición de José Villalobos.

“Corina” es una atractiva comedia mexicana que ofrece una historia de autoconocimiento y superación a través de un personaje con un padecimiento tan serio como la agorafobia. El guion, escrito por Urzula Barba y Samuel Sosa, está consciente de la importancia del tema y lo desarrolla a partir de las acciones y conductas de un personaje al que queremos ver triunfar; la historia no maquilla lo difícil que ha sido la vida de la joven, y consigue transmitir el dolor y la dificultad de salir al mundo, enfrentándose a una enfermedad que ha conseguido tomar el control de su realidad.

Con un buen equilibrio entre la comedia y el drama, “Corina” resulta un destacable debut de Urzula Barba Hopfner, quien se aleja de los estereotipos y esquemas repetidos hasta el cansancio en la comedia nacional, y nos entrega una historia sensible, conmovedora y con un personaje difícil de olvidar.

(Corina, México, 2024, Dur.: 99 mins.)

Director: Urzula Barba Hopfner Guión: Urzula Barba Hopfner, Samuel Sosa. Dir. Fotografía: Gerardo Guerra Fotografía: Color Con: Naian González Norvind, Cristo Fernández, Laura de Ira, Carolina Politi, Mariana Gimenez, Gerardo Trejoluna, Ariana Candela Michel, Elena Gore, Monica Bejarano, Azucena Evans, Myrna Moguel, Maite Urrutia, Imelda Sánchez, Miranda Padilla López, Christofer Cardenas, Ruth Ramos, Alejandro Mendicutti, Erasmo Rodriguez.. Productor: Carlos Hernandez, Iván Lopez-Barba, Urzula Barba Hopfner, Gabriela Gavica Clasificación: B.