Por Manuel Cruz
La película “Costa de la Muerte” (“Costa da Morte/I Coast of Death”, España, 2013) de Lois Patiño, forma parte de la Competencia Internacional del FICUNAM.
El antropocentrismo podrá decir misa, pero contra la naturaleza no hay opción. Bien es cierto que el ser humano ha tenido avances hasta el fondo del mar y el espacio exterior, pero si aparece un tsunami, ¿cuál es el plan?. La Tierra, lugar sin motivo de voluntad (para el ateísmo, al menos) donde reside el humano es un lugar donde la especie supuestamente más grande aparece ridícula, prácticamente invisible.
Esta fue probablemente la intención de Lois Patiño, quien con un equipo de dos o tres personas más y una cámara bastante ordinaria (otra prueba de que no se requieren grandes cantidades de dinero para hacer cine) se lanzó a filmar la tierra en donde vive. Concretamente, Galicia y la Costa da Morte, un enorme terreno entre mar y montaña donde la audiencia es, como los habitantes, testigo de lo extraordinario. Como advirtió el crítico Roger Koza antes de presentar la cinta, es una nueva invitación a ver cine, y en efecto: Careciendo de una estructura narrativa (algo que me suele poner nervioso el resto del tiempo) y postulada por su director como una “cinta abierta”. Todo se trata de usar los ojos y ver.
Es cine literalmente contemplativo, la mosca en la pared, vérité absoluto. Los términos abundan, pero el caso es que no hay ninguna toma en toda la cinta que no asombre. Después de la proyección, un espectador lo comparo con National Geographic y su falta de sentido, pero yo creo que Patiño va un paso más allá, o, más bien, detrás. Mientras los merecidamente excelentes documentales de NatGeo y la BBC muestran la vida salvaje (y muchos delfines en el camino) siempre quedan envueltos en una sensación de épica, gracias a los premeditados close up de las tomas y la orquesta continuamente detrás del pietaje. Es como si la naturaleza por si misma no fuera capaz de asombrar, y necesitara un empujón humano.
En “Costa de la Muerte”, la naturaleza es todo lo que hay, y todo lo que uno necesita y quiere. El alejamiento del retoque vía post producción es tan grande (exceptuando pasajes en voice over donde unos entretenidos gallegos narran como era el lugar antes) que se asemeja a la mirada de cualquier persona en esa tierra, un efecto que Patiño consiguió a la perfección mediante el uso de tomas panorámicas en toda la cinta. Ver el resultado es como entrar a una exposición fotográfica con movimiento, y absorber cada imagen hasta el último detalle, antes de que llegue el siguiente cuadro a quitar el aliento de la sala. Es una cinta arriesgada, innovadora e impecable en la decisión de qué ver y como hacerlo. El mundo que nos rodea es mucho más que los viveros de Coyoacán, y “Costa de la Muerte” es la oportunidad para descubrirlo.
“Costa da Morte/Costa de la Muerte/ I Coast of Death”, Lois Patiño, Zeitun Films, España, 2013
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