Por Lorena Loeza

La más reciente entrega de la saga Alien destaca por dos aspectos que la hacen parecer especialmente atractiva: por primera vez se presenta en formato de serie, lo que permitiría una exploración narrativa más profunda y detallada de su universo. Además, continuaría con la trilogía que aborda el origen del xenomorfo, ubicándose en una etapa previa a los sucesos ocurridos en el Nostromo, la nave del clásico “Alien, el octavo pasajero” dirigido por Ridley Scott en 1979. Esta nueva entrega parecía que podría brindar la oportunidad de conocer mejor los misterios y motivaciones detrás de la criatura y sus creadores, la mitología de la franquicia y generó por ello expectación entre la enorme comunidad de fans que todavía buscan respuestas sobre el icónico monstruo. ¿Lo logra? Mejor Sigan leyendo.

El alienígena estrella de toda la saga, es conocido como xenomorfo, mismo que se ha consolidado como uno de los monstruos más aterradores y emblemáticos del cine de todos los tiempos. Salvaje, brutal, inteligente y movido por un instinto letal, esta bestia diabólica representa una amenaza cósmica digna de los más oscuros relatos de HP Lovecraft. La inquietud y el entusiasmo de los seguidores por descubrir más sobre este universo impulsaron a la franquicia a producir cinco secuelas, una peculiar trilogía precuela y culminar con esta entrega que expande y complementa la historia previa, logrando así mantener viva la fascinación por el terror espacial y sus secretos ocultos.

A lo largo de toda esta travesía, la verdad es que el concepto de “canon” dentro de la saga Alien se fue distorsionando un poco, ya que las películas han contado con la visión de distintos directores, cada uno imprimiendo su propio estilo y enfoque al relato. Por ejemplo, Ridley Scott dirigió la original “Alien, el octavo pasajero” (1979) y más tarde “Prometheus” (2012) y “Alien: Covenant” (2017), donde se adentra en el origen del xenomorfo. James Cameron fue responsable de “Aliens: El regreso” (1986), aportando una dosis de acción y suspenso. David Fincher dirigió “Alien 3” (1992), con un tono más oscuro y experimental, mientras que Jean-Pierre Jeunet se encargó de “Alien: Resurrección” (1997), añadiendo un toque visual único. Así, el legado de la franquicia no pertenece únicamente a Ridley Scott, aunque parece que él sí quiso reservarse la oportunidad de contar el origen de la criatura en la precuela “Prometheus”, donde se revela que el xenomorfo resulta de una compleja mezcla genética creada en un lugar a miles de años luz de distancia. “Alien: Covenant” narra cómo una nave, buscando un hogar alterno para la humanidad, termina encontrando el planeta que dio origen a la bestia.

Y es asi como llegamos a la serie: “Alien Earth”. Aquí nos cuentan que en un futuro cercano, cinco megacorporaciones dominarán la humanidad, y una de ellas, Prodigy, experimenta con la creación de híbridos: androides que albergan la conciencia de niños humanos (sí, entre los niños perdidos y Peter pan). Todo cambia cuando una nave de Weyland-Yutani, cargada de especímenes alienígenas, se estrella en una ciudad controlada por Prodigy.

Este evento desencadena una misión de rescate liderada por una joven híbrida (Wendy) y un grupo de soldados tácticos, quienes pronto descubren que la amenaza que enfrentan va más allá de lo imaginable. En medio de los escombros, se topan con otras criaturas depredadoras -además del xenomorfo- que ponen en peligro no solo sus vidas, sino el destino del planeta.

Ambientada dos años antes de los eventos de “Alien: el octavo pasajero”, “Alien: Earth” es una precuela que expande el universo de la franquicia desde una perspectiva terrenal. La serie, creada por Noah Hawley y producida por Ridley Scott, combina terror y ciencia ficción para explorar cómo los híbridos, atrapados entre su humanidad y su programación, reaccionan ante el horror alienígena. La historia plantea una pregunta inquietante: ¿qué ocurre cuando el mal no puede ser contenido y se libera en la Tierra?

La serie no resuelve todos los enigmas y de hecho, plantea nuevas incógnitas. La líder de los híbridos, con poderes especiales, logra comunicarse con los alienígenas, además de que el xenomorfo no es la única amenaza, como djimos, otras criaturas depredadoras también llegan a la Tierra. Aunque hay debate sobre su fidelidad al “canon”, la trama mantiene el suspenso clásico: una tripulación en peligro enfrenta enemigos desconocidos sin posibilidad de escape. Wendy (Sidney Chatner) se suma como heroína junto a Ripley y Shaw, destacando el rol femenino ante la amenaza. Lo novedoso es la posible comunicación con los xenomorfos, quienes quizá no sean solo bestias salvajes.

Pero no sólo eso, piénsenlo por un segundo ¿si es el xenomorfo se puede comunicar, ¿qué podría decirnos? No hay que olvidar que en todas las secuelas, precuelas y comics, hay una verdad subyacente y desesperanzadora: en realidad, no hay peor bicho que el ser humano.

Y, de hecho, piénsenlo por un momento: si el xenomorfo fuera capaz de comunicarse, ¿qué podría decirnos? La posibilidad de entablar un diálogo con la criatura invita a cuestionar las percepciones tradicionales que se tienen sobre ella, así como a explorar los límites entre lo humano y lo monstruoso. A lo largo de las secuelas, precuelas y cómics de la saga, se mantiene una verdad inquietante y persistente: a pesar de la brutalidad y el terror que representa el xenomorfo, la verdadera amenaza acaba por residir en la condición humana.

Este trasfondo filosófico y desesperanzador subraya que, más allá de los horrores alienígenas, el ser humano es a menudo el mayor peligro. La historia pone en evidencia cómo las acciones de la humanidad —motivadas por la ambición, el poder y la experimentación sin límites— pueden desencadenar consecuencias catastróficas, superando incluso el instinto letal de las criaturas que buscan controlar. Así, la saga utiliza al xenomorfo no sólo como símbolo de terror, sino también como un espejo de las propias sombras de la humanidad.

En conclusión, “Alien Earth” logra revitalizar la saga al explorar nuevas posibilidades narrativas y profundizar en el universo del xenomorfo desde una perspectiva humana y terrenal. Aunque no esclarece todos los misterios y genera debates sobre la continuidad del canon, la serie consigue mantener vivo el interés y el terror característico de la franquicia, presentando personajes complejos y situaciones que desafían los límites de la supervivencia y la identidad.

 Sin duda, esta entrega deja la puerta abierta a futuras exploraciones, mostrando que, en el universo de Alien, siempre habrá más secretos por descubrir y horrores por enfrentar.