Por Hugo Lara Chávez
La película argentina “El médico alemán” (Wakolda”, 2013) de Lucía Puenzo, hizo el año pasado un decoroso recorrido en varios festivales del mundo, aspirando entre otras cosas a alcanzar una nominación al Oscar en la categoría de mejor película extranjera, en representación del país austral. Es un thriller de buena factura que se permite maquinar una ficción en torno al terrible fugitivo nazi Josef Mengele, quien en la vida real pasó un tiempo por Argentina después de la Segunda Guerra Mundial.
Hija del cineasta Luis Puenzo —ganador del Oscar con “La historia oficial” en 1986— Lucía (Buenos Aires, 1976) es una destacada cineasta argentina de su generación, pues además de directora y guionista es autora de cinco novelas, incluyendo “Wakolda”, que dio origen a la película en cuestión. Dentro del cine, llamó la atención a partir de “XXY” (2007), la historia de un hermafrodita que obtuvo más de 20 premios internacionales, entre ellos el “Grand Prix de la Semana de la Crítica” en el Festival de Cannes (2007).
“Wakolda” relata un episodio ficcionado sobre la estancia en Argentina del nazi Josef Mengele, también conocido como el “Angel de la muerte”. Ambientada en el balneario de Bariloche, la trama es relatada desde el punto de vista de Lilith (Florencia Bado), una niña de doce años que viaja con su padre (Diego Peretti), su madre embarazada (Natalia Oreiro) y sus pequeños hermanos a Bariloche donde abrirán un hostal. En el camino, se encuentran con Helmut Gregor (Álex Brendemühl), un refinado médico alemán que no es otros sino Mengele y que también viaja al mismo destino. En las semanas siguientes, éste se vuelve una presencia amigable para la familia pero también en alguien misterioso que no inspira toda la confianza. Con base en su dinero y su finos modales, el médico ofrece sus servicios para ayudar a crecer a Lilith, así como para asistir a su madre en el próximo nacimiento de sus gemelos y apoyar a su padre en la apertura de una fábrica de muñecas.
La película está basada en el hecho verificado acerca de la presencia de Mengele en Argentina, quien en 1960 huyó hacia Paraguay y luego a Brasil a raíz de la captura en Buenos Aires de otro alto oficial nazi, Adolf Eichmann. Mengele es una de las figuras más terroríficas del nazismo de la Segunda Guerra Mundial, toda vez que a él se le atribuyen crueles experimentos médicos con prisioneros del campo de concentración de Auschwitz, con una particular fascinación por los gemelos. Mengele logró eludir a la justicia hasta su muerte, en circunstancias oscuras, y su macabra leyenda es también protagonista de otro filme célebre, “Los niños del Brasil” (The Boys from Brazil, 1978).
“Wakolda” —cuyo título se debe al nombre de una muñeca de Lilith— es un thriller bien armado por la directora, quien propicia inquietud permanente a lo largo del relato, enmarcado en el bucólico paisaje de Bariloche, entre sus formidables lagos y montañas. La trama se apoya en buenas situaciones de misterio, como la complicidad entre la madre de Lilith y Mengele, con quien pueda comunicarse en alemán sin ser entendida por su esposo e hijos (una alusión al encubrimiento real a todos estos genocidas); o que se descubra un hospital donde son tratados otros alemanes presuntamente nazis. También, Puenzo atina en crear ambientes perturbadores de carga simbólica, como una fábrica de muñecas que parece la lúgubre fantasía del genetista nazi.
El punto de vista de la niña es fundamental para darle mayor consistencia a la intriga. Debido a sus características físicas, Lilith es blanco de burlas y humillaciones en su escuela, de evidente filiación pro nazi, con niños de raza aria tan crueles que, en un exceso de la realización, rayan en la caricatura. Allí Lillith encuentra una aliada, una fotógrafa que juegan un papel clave en la subtrama de espionaje.
“Wakolda” en general es un thriller consistente, aunque tiene algunas caídas de ritmo. Son notables las buenas actuaciones del reparto, especialmente Alex Brendemuhl y la pequeña Florencia Bado. Además, la película es bastante solvente es sus diferentes áreas técnicas.
Dirección: Lucía Puenzo. Compañía productora: Historias Cinematográficas. Producción Luis Puenzo. Guión: Lucía Puenzo. Fotografía: Nicolás Puenzo. Diseño de producción: Marcelo Chávez. Edición: Hugo Primero. Sonido: Fernando Soldevila. Música: Daniel Tarrab, Andrés Goldstein, Laura Zisman. Reparto: Alex Brendemuhl, Natalia Oreiro, Diego Peretti.