Por Edurne Sarriegui    
Noticine.com-CorreCamara.com

A la exitosa “Men in black” estrenada en 1997, siguieron dos secuelas no demasiado memorables. El último capítulo de la saga, que ahora llega a los cines del mundo, “Hombres de negro: Internacional” (“Men in black: Internacional, 2019), incorpora nuevos protagonistas en un intento fallido por refrescar la desgastada saga. Y no es que Chris Hemsworth y Tessa Thompson desentonen como los agentes H y M -respectivamente- sino que el guion no consigue ni sorprender ni emocionar.

Este “spin-off” lleva la acción hasta la oficina de los hombres de negro en Londres y a distintos escenarios del planeta dándole así la dimensión internacional que el título sugiere. Los nuevos actores suponen un recambio generacional necesario para sostener la línea de tiempo.

La incorporación de la protagonista femenina es también una novedad (aunque en el capítulo previo ya hubiera aparecido Emma Thomson en la saga), que aprovecha para ponerse a tono con los nuevos aires de reivindicación femenina que soplan en Hollywood.

F. Gary Grey (“Rápidos y Furiosos 8”) tiene a su cargo la realización del guion de Matt Holloway y Art Marcum que escribieron juntos “Transformers: El último Caballero” y “Iron Man – El Hombre de Hierro” entre otras.

En esta ocasión, los escritores optan por una historia que cae en todos los clichés del género tipo “hay que salvar el planeta”, con las consabidos chistes, escenas de acción, monstruos repelentes y simpáticos alienígenas parecidos a dibujos animados que suman a la vertiente tierna y cómica de la historia. Más una excusa para utilizar CGI a mansalva que para contarnos un relato apasionante.

Cuando era una niña, Molly (Tessa Thompson) vivió una experiencia con un extraterrestre y los Hombres de Negro en su propia casa. Escondida en su cuarto fue testigo del extraño episodio y eso motivó su incansable búsqueda de la organización para ser parte de ella. Veinte años después, cuando consigue ser admitida como agente a prueba, es enviada a la delegación de Londres. Allí será identificada como agente M y junto al agente H (Chris Hemsworth) tendrán que defender un arma terriblemente poderosa que les fue confiada y descubrir quién es y dónde está el villano de la película.

Nada nuevo, nada destacable, nada memorable, ningún giro sorpresivo. En el cine no alcanza con actores carismáticos y taquilleros. Hay que contar algo  interesante o, por lo menos, hacerlo de manera novedosa. Incluir las premisas de la tendencia de moda no cuenta como originalidad. Eso es solo lo políticamente correcto.

“Men in black: Internacional / Hombres de negro: Internacional” es un capítulo descartable como el envase de las palomitas que acompañan estas películas. Dos horas de entretenimiento efímero y la promesa de volver si la taquilla lo justifica, aunque sea con películas reiterativas.