Por Diego Martínez
En “Huicholes: los últimos guardianes del peyote” (2014), realizada a pedido de la comunidad Wixárika para mostrar sus tradiciones y evitar la explotación minera de Wirikuta; el documentalista argentino, Hernán Vilchez, plantea una estructura narrativa cimentada en dos líneas paralelas que se entrelazan para conformar un híbrido entre el documental etnográfico y el de denuncia.
La primera línea, que describe la peregrinación de los Ramírez, una familia Wixárika originaria de la Laguna Seca, Jalisco, hacia el territorio sagrado de Wirikuta, denominado por ellos mismos “el corazón del mundo”; es narrada en primera persona por uno de sus integrantes, quien explica la importancia espiritual de la región donde “nace el sol”, así como la de conservar su identidad y continuar la práctica de sus ancestrales tradiciones culturales y religiosas.
En esta veta, Vilchez abandona la recurrente y petulante visión colonialista para privilegiar la representación de lo real como parte de una experiencia intersubjetiva, en la que si bien no interactúa de manera directa con los personajes, deja entrever la relación de confianza producto de un trabajo de tres años. Hacia este punto, cabe recalcar el trabajo fotográfico de José Solórzano en la exaltación de colores y texturas de la indumentaria, así como el fiel retrato de los niños y ancianos huicholes en su cotidianidad.
Por otra parte, la línea de denuncia se construye mediante imágenes de archivo y entrevistas con científicos, artistas, activistas, investigadores, pobladores y un largo etcétera; en la cual se esgrime como argumento el peligro que implicaría la actividad minera sobre la biodiversidad de un ecosistema único en el mundo y espacio del desarrollo de una cultura milenaria.
Desde que en 2011 el gobierno mexicano otorgó 22 concesiones para la explotación minera en el territorio de Wirikuta, incluido en la red mundial de sitios sagrados naturales de la Unesco, es vasta y contradictoria la información que se ha arrojado sobre el tema. Si bien Vilchez pretende dar voz al mayor número de posturas encontradas, quizás en un vago intento de objetividad dentro de un proyecto donde la tendencia se sugiere bien definida desde el principio, por momentos la información se presenta de manera abigarrada y poco sintetizada. No obstante, el documental acierta en construir puentes de entendimiento con una cultura y sus tradiciones que, aunque muchos defienden empática y apasionadamente, no deja de serles tan ajena.
“Huicholes: los últimos guardianes del peyote” se presenta como un ambicioso intento por comprender un fenómeno de múltiples aristas, en donde –precisamente– la defensa del peyote, cuyo consumo ha sido tan estigmatizado por la oposición como mal traducido por la resistencia, es sólo una de ellas.
La actual suspensión de las concesiones otorgadas a las mineras canadienses no significa que los proyectos estén cancelados. El territorio de Wirikuta abarca cerca de 140 mil hectáreas y el pueblo Wixárika continúa en la lucha por proteger dicho espacio sagrado a través de todas las acciones posibles. Afortunadamente “Huicholes” es una más de ellas, y mediante esa valiosa mirada etnográfica cumple la necesaria tradición documental de esgrimirse –también– como instrumento de denuncia.
“Huicholes: los últimos guardianes del peyote”
Argentina – México | 2014 | HD | ESP – ENG Director: Hernán Vilchez. Productor: Kabopro Films. Productor Asociado: Paola Stefani. Director de Fotografía: José Andrés Solórzano. Música Original: Gastón Salazar. Animación y Post Video: Eugenio Costa Asistente de Edición: Layla Lindquist