Por José de Jesús Chávez Martínez

Tess (Georgina Campbell) es una chica que llega a Detroit para una entrevista de trabajo y alquila una casa para hospedarse. Pero cuando llega a altas horas de la noche, descubre que Keith (Bill Skarsgård), un tipo raro, ya está instalado allí. No obstante lo inseguro de la situación y luego de un diálogo más o menos franco, la joven decide pasar la noche en la vivienda, ocupando la única habitación y aceptando que Keith duerma en el sofá.

Cuando Tess se entrevista con Catherine (Kate Nichols) la ejecutiva de la empresa, ésta le pregunta sobre su hospedaje y le dice que salga de ese barrio porque es muy peligroso. En efecto, Tess regresa a la casa y un indigente la increpa a gritos y le dice que no entre, pero, asustada, Tess ingresa solo para encontrar por casualidad el sótano y descubrir que en éste hay pasadizos extraños. Después Ketih llega y ambos deciden explorar los túneles, solo para encontrar a un ser terrorífico que tiene una misión de vida: cuidar de sus “hijos” como toda buena madre. Keith no la va a pasar nada bien.

“Bárbaro” tiene las típicas parafernalias del cine de terror: un monstruo desmedidamente fuerte que divaga entre lo terrenal y lo paranormal, mucha sangre, un sótano con catacumbas, destripamientos, escenarios oscuros, etc., es decir, todo lo normalito del género. Sin embargo, plantea de forma atractiva la maternidad en una forma muy degradante, en un entorno como un suburbio de Detroit en donde la casa alquilada está rodeada de otras viviendas en ruinas. La otrora boyante ciudad del motor se muestra como actualmente se le concibe: como la urbe más peligrosa de Estados Unidos, debido a la migración de empresas ensambladoras de automóviles hacia otros estados y países, tal como en los 80’s lo expresó Michael Moore en su documental “Roger y yo” (1986).

La historia se complejiza porque nos enteramos que el actor AJ Gilbride (Justin Long) es en la actualidad el propietario de la casa, la cual decide vender luego de una demanda por violación en su contra, interpuesta por una actriz coprotagonista en una película. Gilbride, que es un gilipollas, se traslada desde California solo para encontrarse con Tess y con el indigente André (Jaymes Butler), y a los tres les espera una noche de terror.

“Bárbaro” acusa el deterioro suburbano aludiendo (mediante flashbacks) a una descomposición social muy marcada que en esta historia inicia en los 70’s, cuando Doug (Kurt Braunohler) adquiere la vivienda en cuestión y decide quedarse ahí, cuando los vecinos han resuelto mudarse ante un futuro poco promisorio. Doug es un enfermo mental que secuestra a una mujer para violarla y así iniciar una serie de incestos con sus descendientes hasta dar vida al monstruo/mujer que a su vez desea ser madre.

De pasada, “Bárbaro” también toca las confusiones de cierta empresa de hospedaje vía Internet que, como es de esperarse, duplica las reservaciones sin poder atender adecuadamente la gran demanda. Así, esta obra se inscribe como un muestrario de los problemas sociales que van de la mano con la debacle económica de una ciudad importante que cae en el desquiciamiento y el horror. Es la obra que puede despuntar la carrera como director de Zach Cregger, un joven que además es productor, guionista y actor. Recomendable cinta, disponible en Netflix.

Título original: Barbarian. País: Estados Unidos. Año: 2022. Duración: 102 minutos. Dirección: Zach Cregger. Producción: Arnon Milchan, Roy Lee, Raphael Margules, J.D. Lifshitz. Guion: Zach Cregger. Música: Anna Drubich. Fotografía: Zach Kuperstein. Montaje: Joe Murphy. Productoras: Regency Enterprises, Almost Never Films, Hammerstone Studios, Vertigo Entertainment, Boulderlight Pictures. Distribución: 20th Century Studios, New Regency. Reparto: Georgina Campbell, Justin Long, Matthew Patrick Davis, Bill Skarsgård, Kurt Braunohler, Jaymes Butler, J.R. Esposito, Kate Bosworth, Sophie Sörensen, Brooke Dillman, Will Greenberg como Robert, Zach Cregger, Kate Nichols.

Por José de Jesús Chávez Martínez

Comunicólogo egresado de la UAM Xochimilco. Profesor investigador en la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Occidente Unidad Culiacán, con las líneas comunicación y educación, y el cine como dispositivo didáctico, de las cuales se han desprendido diversos artículos científicos y tres libros. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII). Desde 2021 es colaborador de correcamara.com