Por José de Jesús Chávez Martínez
El actor canadiense Jim Carrey fue el actor mejor pagado de Hollywood en los 1990’s, con películas muy populares como “La Máscara” (“The Mask”, Chuck Russell, 1994), “Ace Ventura” (Tom Shadyac, 1994) o “Una pareja de idiotas” (“Dumb and Dumber”, Peter y Bobby Farrely, 1994). Fue precisamente en esa década cuando Carrey estelarizó “El Hombre en la Luna” (“Man in the Moon”, 1999) dirigida por el gran Milos Forman, una cuasi biopic del ya desaparecido artista estadounidense de performance (no todos se atrevían a llamarlo “comediante”) Andy Kaufman, quien adquirió fama mundial gracias en buena medida a sus apariciones en el legendario programa televisivo de talk show “Saturday Night Live”. Kaufman era un tipo difícil de definir en cuanto a su estilo artístico, pues bailaba, cantaba, imitaba, hacía chistes intencionalmente no convencionales, malos y confusos, hacía mímica y creó dos personajes horrendos, pero muy apreciados: “Tony Clifton”, un cantante prepotente, y “Latka Gravas” (que en un inicio fue “Foreign Man”), un mecánico inocentón proveniente de la región del Báltico y avecindado en Nueva York, aunque sólo apareció en la serie de comedia “Taxi”.
Así que plasmar en pantalla a un personaje tan sui generis fue todo un reto, pero la producción se inclinó por Jim Carrey a pesar de que a Forman no le gustaba para el papel. El punto es que esta película marcó la vida de Carrey, según se aprecia en “Jim y Andy”, un documental que se divide en dos vertientes: por una parte está una entrevista reciente con el actor canadiense y por otra se muestra material grabado detrás de cámaras, hasta entonces inédito, durante la filmación de “El hombre en la Luna”.
En “Jim y Andy”, Carrey habla de varios sucesos que tuvieron lugar en el transcurso del rodaje, su relación con Forman y con los demás actores, y aparte sus testimonios se centran más en ciertos paralelismos (improvisaciones, locuacidades y demás) entre su propia carrera y la trayectoria y estilo de Kaufman. Ambos desarrollaron cualidades atípicas desde muy jóvenes, casi adolescentes, y empezaron a trabajar en clubes de comedia stand up, cosa que para Kaufman fue más difícil, pues sus rutinas eran prácticamente incomprensibles. Igualmente Carrey reconoce su gran admiración por su colega pues éste inventaba y se reinventaba con gags inesperados y de diferentes tipos.
En el caso del material inédito incluido en el documental, vemos a un Jim Carrey totalmente posesionado por el personaje de Andy Kaufman para “El hombre en la Luna”, aun fuera de filmación entre bastidores y campers de producción y maquillaje, haciendo locuras, diciendo disparates, exasperando a Miloš Forman y provocando al personal y a los actores, incluido a Jerry “The King” Lawler, un luchador profesional con quien Kaufman inventó un conflicto para explotarlo en el ring y en los sets de televisión y que aceptó protagonizarse en dicha biopic. Lawler incluso llegó a agredir físicamente a Carrey.
Cuando Carrey se caracterizaba para interpretar a Tony Clifton, no dejaba de hablar y gesticular como éste aunque ya no estuviese filmando y lo hizo a grado tal que una asistente de producción le dijo que ya bastaba, que no querían de regreso a Tony. “Está sobreactuando como siempre”, dijo alguien por ahí. Vamos, hasta Gerry Becker, que personificó a Stanley Kaufman, salió contagiado y se creyó realmente ser el padre de Andy en una escena real en el camper de maquillaje, regañando a Carrey como si éste fuera Andy. Está de no creerse.
El clímax de “Jim y Andy” llega a la hora de mostrar a Carrey representando el estado de salud de Kaufman en sus últimos días de vida, ya muy afectado por un cáncer de pulmón. Las escenas son de antología por cursis y porque fueron reales, es decir, la gente alrededor pensó que Jim era Andy, por lo que es necesario que lo vean por ustedes mismos, estimados lectores. Repito: de no creerse.
Al principio de esta cinta, Carrey confiesa que los productores no quisieron que se diera a conocer en su momento el material inédito porque el público podría pensar que el actor canadiense era un imbécil. Quizás tenían razón porque Jim de verdad aparece desesperante y pesado. Aun así, es una película reveladora porque el Carrey de hoy reflexiona sobre algunas cosas que sucedieron alrededor de “El hombre en la Luna”, lo que le dejó haberla protagonizado, por qué no quiso aparecer en el video musical de la canción “The Great Beyond” del grupo R.E.M., incluida en la banda sonora, y además acerca de lo que es la vida en general.
“Jim y Andy” es muy recomendable (está en Netflix) porque enlaza a dos importantes figuras del espectáculo y la cultura popular con características similares e impactantes. La sugerencia es que también vean la realmente fabulosa “El hombre en la Luna” (conocida como “El lunático” en otros países), escuchen y vean el video de la canción “Man in the Moon” (1992, dedicada a Andy) de R.E.M. y chequen videos de Andy Kaufman en YouTube y otros sitios en la red.
Andy Kaufman es toda una leyenda y referente para comediantes actuales. Jim Carrey… creo que también…
Título original: Jim & Andy: The Great Beyond. Año: 2017. Dirección: Chris Smith. Producción: Spike Jonze, Danny Gabai, Brendan Fitzgerald. Productores ejecutivos: Michael Kronish, Jim Czarnecki, Nicole Montez, Eddie Moretti, Shane Smith, Tony Clifton. Montaje: Barry Poltermann. Fotografía: Brantley Gutiérrez. Productora: VICE Films. Distribución: Netflix.