Por Pedro Paunero
“The War of the Rohirrim” es “otro relato de la Tierra Media, anterior a la Guerra del Anillo”, que cuenta la historia de Héra (con la voz de Gaia Wise), “única hija de Rohan y del rey Helm, Hammerhand” (con la voz de Brian Cox), a quien apodaban “la salvaje”, o la “cabezadura”, pero libre, que cabalgaba a las faldas del pico Thrihyrne y de Edoras, alimentando a las Grandes Águilas con piernas de cerdo, insensatamente. Es, también, la historia de Wulf (con la voz de Luke Pasqualino), con quien, cuando niños, Héra jugaba a defenderse con la espada y a quien, en cierta ocasión, cortó la mejilla con su filo y, desde entonces, no sólo le guarda un rencor amargo a Héra, sino que pretende arrebatarle el trono al rey Helm y terminar con su línea de sangre, tomándola por su sumisa esposa. Y fue, debido a que Helm, de un puñetazo, matara a Freca, el dunlendino, padre de Wulf, que este se ganara el apodo de “Hammerhand” (Mano de martillo o de Hierro), alimentando la sed de venganza de Wulf.
Su director, Kenji Kamiyama, nos entrega un largometraje animado preciosista, cuyos solemnes diálogos suenan, a veces, a Tolkien, a Shakespeare o a rimbombante película de samuráis, resultado de la producción de Peter Jackson y un guion en cuya elaboración colaboró Philippa Boyens -al lado de Phoebe Gittins y Arty Papageorgiou-, recuperando varios fragmentos -o situaciones- de las historias que ya hemos visto antes, en la trilogía LOTR original, como el abandono forzoso de Edoras hacia Cuernavilla, que recibiría, tras la derrota de Wulf, conquistador pírrico de una Edoras vacía, el simbólico nombre de “Abismo de Helm”, de los auténticos apéndices de Tolkien. Miranda Otto vuelve (prestando la voz) como Éowyn, y como encargada de narrarnos esta historia de “inclusión” que, si bien soluciona el “problema” de los personajes femeninos de Tolkien -su falta de heroínas en el legendarium, subrayado por la solitaria Éowyn-, no parece, en absoluto, forzoso.
Es, pues Héra, personaje inventado para la película, con cuyas acciones su primo Fréaláf Hildeson, se convertirá en décimo rey de Rohan, y el primero de la segunda línea de sucesión, tal como narran los apéndices.
Los poderosos Múmakil, el Guardián del Agua (criatura en la cual muchos han querido ver a un Kraken), las Grandes Águilas, la arenga de guerra de Helm a los eorlingas, o Lief (con la voz de Bilal Hasna), un escudero bajito, de rizos rubios y pasado de peso que recuerda al fiel Sam, así como la partitura de Stephen Gallagher, que conserva el tema original de Rohan, compuesto por Howard Shore, nos trasladan a terrenos conocidos, pero también se hace gala de una violencia desconocida -la muerte de Haleth (con la voz de Benjamin Wainwright), con el cuello atravesado por una flecha, o el Múmakil devorado por el Guardián del Agua, así como Héra vestida de “novia de la muerte”-, que la separan de la trilogía original.
Preciosista, épica por momentos, “War of the Rohirrim” (2024), rinde homenaje, aporta y recupera, para la obra de Tolkien y las películas de Peter Jackson, la dignidad perdida con ese mamotreto casi obsceno que es la serie de Amazon, “Los anillos de poder”, ofreciendo una película no sólo para Tolkiendilis, sino para quien sepa apreciar un buen anime.