Por Hugo Lara Chávez

Precedido por mucho morbo entre los aficionados al cine de terror, “Voraz” (Grave, 2016), primer largometraje de la cineasta francesa Julia Ducournau, saltó a las primeras planas en el pasado Festival de Toronto debido a que dos personas se desmayaron durante una de sus proyecciones nocturnas, supuestamente conmocionadas por sus violentas imágenes. Esta semana se ha estrenado en México y forma parte además de la Muestra Internacional de la Cineteca.

Aunque su forma y tono la acerca definitivamente al cine de terror, la misma Ducournau ha alegado a favor de su filme que no es precisamente una clásica cinta de este género, pues sus reflexiones se orientan a desmenuzar ciertas características de la naturaleza humana.  En este sentido, “Voraz” abreva del cine de David Cronemberg, que suele identificarse como horror corporal, asociado a la transformación física, la infección y los trastornos mentales que derivan de ello.

Una semilla de “Voraz” es un cortometraje anterior de la misma cineasta, “Junior” (2011), acerca de una adolescente que se enfrenta a una rara metamorfosis, interpretada por la joven actriz Garance Marillier, quien también es la protagonista de “Voraz” y que en ambas películas lleva el nombre de  Justine.

En “Voraz”, la adolescente Justine (Marillier) sigue los pasos de sus padres y se inscribe al internado de una facultad de veterinaria, en una provincia francesa, donde también estudia su hermana mayor Alexia (Ella Rumpf). En la cruel y larga novatada que dura todo el curso, Justine es obligada a comer un hígado crudo de conejo, a pesar de que es una rigurosa vegetariana, como toda su familia. Esto despierta en ella una reacción insaciable, que la lleva a tener impulsos caníbales que no puede controlar.  Justine intenta encontrar alivio en su amigo cercano Adrien (Rabah Nait Oufella), aunque su hermana la introduce a una realidad desconocida hasta entonces para ella.

A diferencia de “Somos lo que hay” (Jorge Michel Grau, 2010), en donde una familia de caníbales tiene que reorganizarse tras el fallecimiento del padre provedor, en “Voraz” la directora Ducournau nos conduce por una historia de iniciación muy inquietante y perturbadora, que funciona como metáfora de los cambios a los que se enfrenta una adolescente, en un mundo vertiginoso e insaciable. 

La realización aprovecha con inteligencia el escenario de la trama, la escuela veterinaria donde se observan momentos impactantes como el de un caballo que es anestesiado o la disección de unos perros. En este universo, donde la sangre y el dolor son elementos cotidianos, el filme evoca a “La sangre de las bestias” (“Le sang des bêtes”, Georges Franju, 1949) y algunos Exploitation films, lo que funciona aun mejor gracias a la atmósfera estudiantil que se retrata en “Voraz”, con una carga salvaje y violenta.

Según la directora, el canibalismo es parte de la humanidad, de sus instintos básicos y antiguos. Su mirada al respecto pretende no ser glamurosa ni espectacular, sino de cierta manera fría y sobria, bajo la lente de su propia formación como hija de médicos, que a decir suyo despertaron tempranamente en ella la fascinación por la carne y asumir con naturalidad las discusiones sobre enfermedades y la muerte.

En la narración, por encima de la brutalidad de ciertas escenas y de la extraña poesía de otras, se abre paso la historia de amor entre Justine y su amigo Adrien, pero sobre todo a la ambivalente relación entre las dos hermanas, que son compañeras de un mismo viaje, trágico y anómalo.

“Voraz” no es, en efecto, una apología de la crueldad. En sus diferentes capas de lectura, tiene el atributo de lograr que se sienta empatía con su protagonista, con la angustia que experimenta desde su inocencia, desde la incomprensión de una adolescente sobre lo que entraña su transformación física y emocional. Quizás cometa el error de un giro de tuerca final innecesario y efectista, pero aun así, con esas credenciales, “Voraz” es un filme sobresaliente en la cartelera actual.

Voraz
(Grave, Francia-Bélgica, 2016, 99 mins.)
Director: Julia Ducournau.. Guión: Julia Ducournau. F en C.: Ruben Impens. Música: Jim Williams. Edición: Jean-Christophe. Con:  Garance Marillier (Justine), Ella Rumpf (Alexia), Rabah Naït Oufella (Adrien), Joana Preiss (la madre), Laurent Lucas (el padre), Bouli Lanners (el camionero).  . Productor: Jean des Forets, Julie Gayet, Nadia Turincev, Jean-Yves Roubin y Cassandre Warnauts. Distribuidora: Caníbal. Clasificación: C.


 

Por Hugo Lara Chávez

Cineasta e investigador. Licenciado en comunicación por la Universidad Iberoamericana. Director-guionista del largometraje Cuando los hijos regresan (2017). Productor del largometraje Ojos que no ven (2022), entre otros. Director del portal Correcamara.com y autor de los libros “Pancho Villa en el cine” (2023) y “Zapata en el cine” (2019), ambos con Eduardo de la Vega Alfaro; “Dos amantes furtivos. Cine y teatro mexicanos” (coordinador) (2015), “Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-201” (2011) con Elisa Lozano, “Ciudad de cine” (2010) y"Una ciudad inventada por el cine (2006), entre otros.