Por Rolando Gallego
EscribiendoCine-CorreCamara.com
Mientras “Avengers: Endgame” (2019) se planteaba como un artificioso ejercicio de unión y recorrido narrativo por todos los proyectos que Marvel ha realizado en los últimos 20 años, “X-Men: Dark Phoenix (2019), en su simpleza y claridad, construye uno de los entretenimientos más afables que las películas de comics han ofrecido en los últimos tiempos, sin aspirar demasiado y presentándose como una honesta adaptación de los famosos mutantes y sus pesares.
En “X-Men: Dark Phoenix” la estrategia es simple, presentar seres diferentes perseguidos a la enésima potencia, aun sabiendo que éstos pueden ayudar a mantener en paz a la sociedad y alejarla de peligros y amenazas. Lo novedoso de esta entrega, la número doce y supuestamente la final, es la de posicionar a Jean Grey / Dark Phoenix (Sophie Turner) como el centro de la acción, y desde allí, desplegar otras líneas de la trama que permiten profundizar en las atribuladas psicologías de cada uno de estos héroes diezmados.
Y en tiempos de feminismo, de necesidad de heroínas que puedan iniciar un nuevo universo alejado de la perspectiva machista que atraviesa a la industria del cine y el comic, hay una militancia notoria que se cristaliza en una frase del guion como la pronunciada por la camaleónica Raven / Mystique (Jennifer Lawrence) al profesor Charles Xavier (James McAvoy): “Acá las mujeres siempre salvan a los hombres. Tal vez podrías cambiar el nombre a X-Women”, y tiene razón, en sintonía con el #Metoo, #NiUnamenos, y los cientos de reclamos por una sociedad más equitativa e igualitaria, esa frase no es casual ni arbitraria.
Mientras recientemente “Capitana Marvel / Captain Marvel” (2019) buscó abrirse camino en un universo cinematográfico, que salvo “Mujer maravilla / Wonder Woman” (2017) en la vereda de enfrente y una antiquísima versión de “Supergirl” (1982), hasta el momento ha mantenido a la mujer en la periferia de la cosmogenia de héroes. Así, dialogando directamente con la actualidad, y retomando los sucesos tras la anterior entrega, Simon Kingberg, la mente tras la mayoría de las películas de los mutantes, ofrece una mirada particular sobre los héroes a partir de un esquema que refuerza la tensión con la figura de la Dark Phoenix escapando de sí misma, de sus amigos, de sus compañeros y pareja, y de la villana de turno (Jessica Chastain). Una especie de sleepwalker que lucha, grita, arriesga todo, sin perder su femineidad ni nunca tener un traspié a pesar de usar zapatos de tacón alto.
“X-Men: Dark Phoenix” es el cierre perfecto para una saga que marcó su punto de decadencia con “X-Men: Apocalipsis / Apocalypse” (2016), pero que adaptó estos personajes clásicos con maestría, supo lanzar spinoffs increíbles, como el último de “Logan” (2017), y que en su sinceridad y amor por los personajes construyó un universo paralelo de héroes que revitalizaron a Marvel y sumó cientos de fanáticos alrededor del globo.